Barrio Olvidado
“Inseguridad, basura y abandono”: una vecina pide respuestas tras años de silencio.
Hace más de 30 años que vive en el mismo barrio, Maldonado Nuevo, pero hoy ya no se siente segura ni escuchada. Denuncia robos, basurales, ocupaciones y la falta de acción por parte de la Intendencia. “Cuando necesitan el voto, caminan la calle. Después, desaparecen”, dice.
En un testimonio cargado de impotencia y cansancio, una vecina de Maldonado decidió alzar la voz. A través de un video que muestra las condiciones del entorno, denuncia lo que vive a diario: "robos, acumulación de basura, ocupación de espacios públicos y una Intendencia que no escucha ni actúa".
“He hecho denuncias y no tengo respuesta. Plantaron sauces donde ahora se refugian, hacen casitas en los árboles, y cuando la Intendencia limpia, a los 10 minutos ya están de vuelta armando todo”, relata.
En las imágenes se puede ver una carpa blanca instalada al fondo del terreno, que es utilizada por personas que han ingresado a su casa en varias oportunidades.
La situación de inseguridad se suma a otro problema crónico: la basura. “Esto parece un basural. Vienen con máquinas, limpian, y al rato está todo igual. Yo no entiendo por qué no ponen esas chatas como en los barrios de Punta del Este. Acá seguimos en el pozo”, reclama, mientras muestra el trabajo improvisado de relleno que se hace en la zona y cómo se ha profundizado el problema.
Otra preocupación central es una cloaca abierta, que se ha convertido en un lugar donde se acumulan residuos, sillones y hasta colchones, donde pernoctan personas en situación de calle.
“Ese lugar es un foco de infección. Nadie hace nada”, dice con resignación.
“Yo ya no sé qué más hacer. Vivo hace más de 30 años en este barrio y lo veo cada vez peor. Cuando necesitan un voto, se pasean por la calle. Después, no aparecen más. No pido milagros, pido vivir con dignidad y sentirme segura en mi propia casa.”
Este testimonio refleja una realidad que no aparece en los discursos oficiales, pero que para muchos vecinos es parte del día a día.
Una realidad donde la lucha no es por grandes obras, sino por volver a tener lo mínimo: seguridad, limpieza y una respuesta.