FAUNA
Nuevo registro del "Gato de Pajonal" (Uruguay): felino único en riesgo crítico.
El avistamiento de este pequeño carnívoro silvestre en el norte del país renueva el interés científico y la preocupación por su futuro. Es una especie exclusiva de la sabana uruguaya, cada vez más amenazada por la pérdida de hábitat; según información pormenorizada brindada por nuestro colega Santiago Magni para El País.
Un ejemplar de gato de pajonal (Leopardus munoai) fue registrado recientemente en el departamento de Artigas, un hallazgo que los investigadores consideran de enorme valor debido a la escasa información disponible sobre esta especie.
Se trata de un felino de entre 3 y 6 kilos, ligeramente más pequeño que un gato doméstico, adaptado a ambientes abiertos de pastizales y pajonales.
La investigadora Nadia Bou, del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable, explicó -según la publicación de Santiago Magni para El País-, que el gato de pajonal es “el felino más típico del ambiente uruguayo, que necesita pasto alto para sobrevivir y camuflarse”.
Su mayor defensa, señaló, es pasar desapercibido, aunque también puede erizar el pelaje y parecer de mayor tamaño cuando se siente amenazado.
El problema es que justamente los ambientes donde vive -pastizales y chircales-, son los más transformados por la acción humana.
Las quemas, la conversión de campos en monocultivos, la caza con perros y el atropellamiento en carreteras figuran entre las principales amenazas que enfrenta.
Bou advirtió que su conservación es crítica: “El gato de pajonal solo habita en la ecorregión de la sabana uruguaya. Si se extingue acá, se extingue del mundo”.
En Uruguay los registros son aislados y no permiten conocer aún cuántos ejemplares existen ni dónde se mantienen poblaciones estables.
En Brasil, se estima que hay entre uno y cinco individuos cada 100 km².
La investigadora destacó que cada hallazgo es clave: “Nos da la idea de que pueden existir poblaciones interesantes de estudiar”.
Bou, que desarrolla su doctorado en torno a la especie, trabaja en distintos frentes: desde estudios genéticos para evaluar la diversidad poblacional, hasta el uso de cámaras trampa y modelos de distribución para entender cómo impactan el ganado y los cultivos en su supervivencia.
También recopila muestras de ejemplares atropellados o cazados, dado que obtener fecas en el campo es muy difícil.
Entre los años 2022 y 2024 reunió 18 registros confirmados, y en este 2025 ya sumó algunos más.
La especialista subrayó además la importancia del trabajo con productores rurales y escuelas, ya que no existen áreas protegidas que abarquen grandes extensiones de pastizales naturales.
“Es una especie muy poco conocida y depende casi exclusivamente de la buena voluntad de la gente del campo”, indicó.
Finalmente, remarcó que las redes de información ciudadana cumplen un rol esencial.
“La gente que está en el campo es la que sabe. Reunir esos datos es fundamental para que el gato de pajonal se conozca y se valore”, afirmó, invitando a quienes quieran colaborar a sumarse al proyecto a través de la cuenta de Instagram @gatocamperouy .
Crédito imágenes: @uruguay_fototrampeo + Gonzalo Rodríguez + @gatocamperouy