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“Queso de pelo corto”: la extraña escultura que cautiva el MET

La obra “Short Haired Cheese”, del artista estadounidense Robert Gober, fusiona lo doméstico con lo perturbador: un trozo de queso del que emergen mechones de cabello humano, ahora expuesto en el Museo Metropolitano de Nueva York.

En una de las salas del Museo Metropolitano de Arte (MET) de Nueva York, los visitantes se enfrentan a una pieza tan sencilla en su forma como provocadora en su extrañeza: un queso con pelo.

Titulada Short Haired Cheese (1992-93), esta escultura del artista Robert Gober (nacido en Connecticut, Estados Unidos, en el año 1954), ha comenzado a suscitar asombro, reflexión y conversación en el mundo del arte contemporáneo.

A primera vista, el objeto parece un simple trozo de queso amarillento con sus característicos agujeros, pero la sorpresa aparece cuando se advierte una capa de cabello real asomando desde su costado, como si el alimento hubiese crecido con vello; una intervención inquietante y fascinante a la vez.

El cabello, cortado por asistentes del taller del artista, dota al objeto de una dimensión antropomórfica inquietante.

En palabras de la ficha del MET, “el vello que parece brotar de la cáscara (recortes de cabellos de un asistente) le añade un tinte perturbador y antropomórfico” a un objeto cotidiano.

Un universo artístico marcado por lo doméstico y lo simbólico:

La obra es elaborada en cera de abeja y cabello humano, materiales recurrentes en la obra de Gober, quien suele intervenir objetos domésticos (jabones, manteca, alimentos en general) con pequeñas alteraciones que los transforman en algo extraño o amenazante.

En muchos de sus trabajos late una tensión entre lo familiar y lo perturbador, entre lo funcional y lo simbólico.

Gober explora, con su obra, nociones como la memoria, el cuerpo, el consumo y la transformación.

En “Queso de pelo corto”, el contraste entre el objeto comestible y la textura corporal es un choque visual inmediato.

¿Qué significa ese vello en un queso? ¿Una alusión a la putrefacción, a lo biológico, a lo monstruoso? Esa ambigüedad es parte de su fuerza.

Reacciones cruzadas:

La inclusión de “Short Haired Cheese” en la colección del MET subraya el valor que se le otorga a la experimentación en el arte contemporáneo.

Para quienes visitan el museo desde América Latina -donde muchos asistentes son de Uruguay-, representa también una invitación a ver el arte con nuevos lentes: no sólo como estética, sino como territorio de sentidos y preguntas.

En redes sociales y foros de arte, ya se comenta cómo esta obra desafía expectativas: ¿es arte absurdo? ¿una broma? ¿una metáfora oculta?

Algunos espectadores destacan que obras como esta reafirman que lo cotidiano -un alimento, un objeto común-, también puede encerrar una dimensión inquietante cuando se altera mínimamente.

Robert Gober lleva décadas trabajando en ese umbral entre lo doméstico y lo simbólico.

Esta pieza, pequeña en escala pero grande en impacto, confirma su capacidad de hacer que lo familiar se vuelva insólito y de abrir grietas de pensamiento en el espectador.

Para quienes puedan visitar "The Metropolitan Museum of Art" (MET), la obra “Queso de pelo corto” es una de esas joyas inesperadas que quedan rondando en la memoria mucho después de abandonar el museo.