ESTADOS UNIDOS

Donald Trump nombró al antivacunas Robert F. Kennedy Jr. como secretario de Salud: "Va a ayudar a que Estados Unidos vuelva a ser saludable"

El Presidente electo de la nación norteamericana continúa configurando su nuevo gabinete, con decisiones que no dejan de sorprender. En un movimiento que ha generado controversia, ha anunciado la designación del hijo del asesinado Senador Bobby Kennedy, como secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS).

La designación de Kennedy no ha sido una sorpresa total para los círculos políticos, ya que Trump había insinuado durante semanas que este miembro disidente del clan Kennedy tendría un papel importante en su administración. "Va a ayudar a que Estados Unidos vuelva a ser saludable"; afirmó Trump durante la noche electoral.

"Kennedy quiere hacer algunas cosas y vamos a dejar que las haga", agregó el Presidente electo, dejando entrever que el nuevo secretario tendrá libertad en temas de salud, incluidos asuntos sensibles como los derechos reproductivos.

El nuevo Secretario de salud , quien inicialmente compitió en las primarias demócratas, abandonó su candidatura independiente en favor de Trump, asegurando que compartían visiones sobre la corrupción en las agencias de salud y el control de la industria farmacéutica.

En su anuncio en Truth Social, Trump subrayó que Kennedy liderará un esfuerzo para desmantelar lo que considera un "sistema corrupto" en las agencias de salud. “Durante demasiado tiempo, los estadounidenses han sido aplastados por las grandes farmacéuticas y las industrias que priorizan el lucro sobre la salud pública”, escribió Trump. 

Aunque Kennedy rechaza el calificativo de "antivacunas", aboga por que las decisiones sobre vacunación sean completamente individuales, lo que podría chocar con las políticas de inmunidad colectiva que garantizan la seguridad en entornos como las escuelas.

Entre las propuestas de Kennedy se incluye la revisión del papel de la FDA en la regulación de tratamientos alternativos como los psicodélicos, terapias hiperbáricas y otros métodos que no están bajo el control de las grandes farmacéuticas. “La guerra de la FDA contra la salud pública está a punto de terminar”, declaró en un reciente mensaje en X.