salud mental
Psic. Rubén González: "Hay que tener la sabiduría de valorar que estamos vivos y que es una oportunidad para la reconciliación".
Este martes en "La Mañana en Cadena", el psicólogo Rubén González analizó en su columna de salud mental el impacto emocional que genera el mes de diciembre, el estrés de las fiestas y la importancia de preservar el bienestar de los niños en estas fechas.
Diciembre se presenta como un mes de intensidad emocional donde convergen balances anuales, duelos por ausencias y tensiones familiares. Según el profesional, la clave reside en la gestión de las expectativas y la capacidad de "soltar" estructuras para priorizar el encuentro genuino.
El peso de la "silla vacía" y los balances anuales
El psicólogo explicó que este mes activa recuerdos profundos y sensibilidades diversas dependiendo de la historia personal de cada individuo: "Es un mes de balance donde muchas veces la gente evalúa el año que transcurrió y empiezan a aparecer los deseos, pero también es muy variado el repertorio emocional", señaló.
González destacó que la nostalgia se intensifica ante la pérdida de seres queridos o las distancias geográficas con hijos y hermanos que residen en el exterior: "Aparece la nostalgia y la 'silla vacía'; uno se conecta con recuerdos y depende mucho de las edades cómo se transita este proceso", afirmó.
Conflictos familiares y el desafío de la convivencia
Uno de los puntos críticos de las festividades es la organización de las reuniones y la interacción con vínculos complejos. El profesional indicó que las separaciones de pareja generan tensiones sobre con quién pasan los hijos, sumado al estrés de compartir la mesa con personas con las que no se mantiene una buena relación.
"A veces ya vamos 'envenenados' antes de la reunión, condicionados por lo que el otro nos va a decir. Hay que tener la sabiduría de valorar que estamos vivos y tratar de llevar lo mejor posible la situación, porque es una oportunidad para reconciliaciones que de repente se presenta una vez al año", reflexionó.
El consumo de alcohol y la empatía en la mesa
En relación con los excesos, González hizo hincapié en la necesidad de ser empáticos con aquellos familiares que atraviesan procesos de adicción o problemas de salud: "El alcohol está tan arraigado que parece que no concebimos una reunión sin él, pero cuando sabemos que hay un familiar que lucha contra una adicción, podríamos hacer el honor a su esfuerzo y organizar una fiesta sin la bebida", sugirió.
Asimismo, comparó esta situación con la alimentación, mencionando que es fundamental integrar opciones saludables para los adultos mayores o personas con restricciones médicas para que no se sientan excluidos del festejo.
La infancia como prioridad
Finalmente, el especialista remarcó que el foco de los adultos debe estar puesto en la huella emocional que se deja en los menores: "Es fundamental que los niños tengan una infancia lo más sana posible. Si las fiestas se pasan bien, se recordarán toda la vida, y si se pasan mal, también. Eso forma parte de la estructura de base de la personalidad de un niño", concluyó.
Personas interesadas, lo pueden encontrar en Facebook como Psicólogo Rubén González o contactando al celular 099139747