relatividad

El tiempo vuela más rápido al envejecer: por qué ocurre y cómo ralentizarlo.

¿Siente que el tiempo pasa cada vez más rápido? Lo que antes eran años largos ahora parecen meses, y los días se desvanecen sin dejar huella. No está solo: la percepción del tiempo cambia con la edad, y hay razones científicas detrás de esta sensación universal.

¿Por qué el tiempo parece acelerarse?

Según expertos como Cindy Lustig, profesora de psicología en la Universidad de Michigan, nuestra experiencia del tiempo depende de cómo lo recordamos, no solo de cómo lo vivimos.

A medida que envejecemos, los años parecen comprimirse porque:

Una semana es una fracción mayor de la vida de un niño que de un adulto. Para un niño de 8 años, una semana es el 0,24% de su vida; para un adulto de 60, apenas el 0,03%. Esa diferencia relativa hace que el tiempo sienta más largo en la infancia.

La rutina borra los recuerdos: cuando los días son similares (trabajar, comer, dormir), el cerebro los agrupa. Al mirar hacia atrás, ese año entero puede parecer un solo bloque, como si hubiera pasado volando.Menos novedad = menos marcas mentales: nuestro cerebro registra cambios, no repeticiones.

Los niños viven constantemente nuevas experiencias —una clase nueva, un juego, un amigo—, lo que crea "puntos de anclaje" que hacen que el tiempo parezca más extenso.

El cerebro también cambia

Adrian Bejan, profesor de ingeniería en Duke University, explica que el cerebro absorbe menos imágenes a medida que envejecemos. En la infancia, todo es nuevo: colores, rostros, movimientos.

Con tantas imágenes procesadas, el tiempo se siente más lento. De adultos, con menos estímulos nuevos, el flujo de información disminuye… y el tiempo parece acelerarse.

"Cuanto más rica sea la representación mental de un período, más largo parecerá", dice Lustig. "Y eso depende de cuántas cosas nuevas hayas vivido".

¿Cómo hacer que el tiempo parezca más lento?

No puede detener el reloj, pero sí puede cambiar su relación con el tiempo:

Rompa la rutina: viaje, pruebe una nueva actividad, cocine algo desconocido.

Aprenda algo nuevo: bailar, tocar un instrumento, estudiar un idioma.

Viva el momento: practique la atención plena. Concentrarse en una sola tarea (no multitasking) amplía la percepción del tiempo.

Cree recuerdos significativos: los momentos únicos se quedan. Un paseo diferente, una conversación profunda, una risa inesperada.

"Ninguno de nosotros sabe cuánto tiempo tiene, pero tenemos control sobre cómo lo disfrutamos", concluye Lustig.