ASESOR DEL PRESIDENTE
Elon Musk transforma la Casa Blanca: 5 legados tras su breve mandato.
Tras 129 días en el gobierno de Trump, el magnate dejó una marca imborrable con recortes, controversias y un enfoque disruptivo en la gestión federal.
Elon Musk culminó su etapa de 129 días al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) en la administración Trump, marcando el fin de un período intenso. Agradeciendo al presidente en X, prometió seguir como asesor, dejando tras de sí una reestructuración que resonó en Washington y más allá.
Uno de sus mayores aportes fue liderar recortes de gasto público por 175.000 millones de dólares, según DOGE, mediante ventas de activos, cancelación de subsidios y despidos de 260.000 empleados. Estas medidas, aunque populares entre algunos, generaron caos, con errores como la confusión entre regiones en programas de ayuda y reversiones judiciales de despidos masivos.
Su rol también desató debates éticos, dado que empresas como SpaceX, con contratos de 22.000 millones de dólares, y Tesla, promocionada en eventos oficiales, podrían beneficiarse de su posición. Críticas de demócratas señalaron posibles conflictos de intereses, aunque tanto Musk como Trump minimizaron estas acusaciones.
A nivel internacional, Musk impulsó la eliminación de más del 80% de los programas de USAID, afectando iniciativas humanitarias en zonas como Sudán y Afganistán. Este ajuste, alineado con el lema "America First", debilitó el "poder blando" de EE.UU., según expertos, reduciendo su alcance global.
Por último, su influencia amplificó la desinformación en la Casa Blanca, promoviendo teorías como el robo de oro en Fort Knox o un supuesto "genocidio" en Sudáfrica, que llegaron a reuniones oficiales. Esta tendencia expuso tensiones internas y dividió opiniones sobre su impacto en la política estadounidense.