¿DESPROLIJIDAD CON LAS INFANCIAS?
Adopciones (INAU): sostienen que se avanzó sin claridad sobre la situación familiar.
Autoridades del organismo (INAU) reconocieron que algunos niños son entregados en adopción sin certezas sobre su entorno de origen y advirtieron que las familias adoptantes terminan siendo utilizadas, en la práctica, como soluciones transitorias ante la falta de respuestas institucionales.
En una revelación que ha generado profunda preocupación, el Director de Adopciones del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU), Darío Moreira, y la Directora de seguimiento del Registro Único de Adoptantes (RUA), Olga Castro, reconocieron públicamente que existen casos en los que se entregan niños en adopción sin tener información sobre su historia ni saber si poseen familia biológica con posibilidad de hacerse cargo.
Esta situación salió a la luz tras la difusión del caso de Itzaé, una bebé que fue adoptada por una familia uruguaya, pero que nueve meses después fue separada de su madre adoptiva al descubrirse que tenía familia biológica. La mujer denunció ante las autoridades del INAU el impacto emocional que esta ruptura generó en la niña:
"El único vínculo significativo que tiene mi hija es conmigo. Mi hija ya sufrió un desapego, una ruptura emocional. ¿Qué vamos a hacer? ¿Vamos a romper otra vez ese vínculo? Ella no sabe lo que es lo biológico, lo que conoce es el vínculo que tiene conmigo, con mi madre, con mi hermano, con toda mi familia que ha estado desde el minuto cero".
Durante el encuentro, la madre adoptiva cuestionó con fuerza la falta de protocolos claros y el manejo institucional del caso. Ante esto, Castro reconoció:
"¡Realmente, de ese niño que vamos a integrar (a una familia del RUA), no sabemos nada!"
Y Moreira agregó:
"¡No tenemos ni idea! El niño se va a integrar porque es la orden de la jueza. Y recién ahora van a hacer el informe (sobre su historia)".
Familias adoptivas como "centros transitorios"
En un crítico autodiagnóstico, Castro afirmó que, "de alguna manera", las familias adoptivas están siendo "usadas, entre comillas, como centros de INAU transitorios", una frase que desnuda la gravedad del sistema: familias dispuestas a dar amor y estabilidad terminan funcionando como espacios temporales mientras se investiga la procedencia de los niños.
Este modelo pone en riesgo el desarrollo emocional de los niños, quienes sufren múltiples rupturas en sus primeros años de vida —una etapa crucial para la formación de vínculos afectivos.
Contexto: el objetivo de desinternar menores
La admisión ocurre en un contexto en el que el INAU impulsa una política de desinternamiento de niños menores de tres años, con el objetivo de que no haya ningún niño pequeño en hogares institucionales antes de finales de 2028. Sin embargo, este objetivo, aunque noble, podría estar priorizándose por encima del derecho a la identidad, la estabilidad emocional y la seguridad jurídica de los niños.
Además, casos como el de Francisco, un niño de cinco años derivado a un hogar del INAU tras permanecer dos semanas con el alta médica en el Hospital Pereira Rossell, evidencian falencias en la coordinación institucional y en la protección efectiva de la infancia.
Fuente: El Observador.