¿Por qué se arma el arbolito de Navidad el 8 de diciembre?

Armar el “arbolito” de Navidad, es un gesto que suele congregar a las familias y/o seres queridos alrededor de este símbolo. Una manera de inaugurar la temporada que culmina con la celebración de la primera de las fiestas de fin de año.

El 25 de diciembre, millones de personas de distintas culturas celebran el nacimiento de Jesucristo, aunque para muchos también representa un evento de unión que a su vez sirve como un cierre para el año.

Esta fecha coincide con el Día de la Inmaculada Concepción, más conocido como el Día de la Virgen. Se trata de la fiesta más grande y popular que celebran en torno a la figura de María.

A lo largo de la historia, distintas civilizaciones utilizaron vegetación para simbolizar la vida.

Durante la Edad Media -indican los estudios-, se creía que de esta forma se mantendrían alejadas a las brujas, fantasmas, enfermedades y espíritus malignos.

En Alemania, Martín Lutero, fundador del protestantismo, se maravilló con el brillo de las estrellas que titilaban más allá de las copas de los arbustos -de camino hacia su casa una tarde de invierno-.

Para recomponer la escena ante su familia, cortó un pino y lo colocó en el comedor de su hogar colgándole velas en los extremos, narran los textos especializados.

Lo precitado, se expandió a lo largo y ancho de Occidente e incluso a países orientales.

Estados Unidos, Canadá e Inglaterra -por ejemplo-, continúan utilizando árboles de verdad.

En otras latitudes, pululan los pinos artificiales, como en nuestro país.

Oficialmente el 8 de diciembre es el "Día de las Playas" en Uruguay.

Y muchos entienden que el decorar los árboles navideños, proviene de ritos y costumbres españolas vinculadas a los franciscanos.