SEXTO SENTIDO

Perros identifican a mentirosos y personas hostiles: científicamente probado

Investigaciones confirman que los canes pueden detectar engaños, recordar rostros poco confiables e incluso reaccionar negativamente ante quienes maltratan a sus dueños.

Durante siglos se ha dicho que los perros tienen un “sexto sentido” para juzgar a las personas.

Ahora, varias investigaciones científicas confirman que, más allá de lo que entendemos como bien o mal, los canes poseen una sorprendente capacidad para detectar la sinceridad y la intención de quienes los rodean.

La psicóloga Akiko Takoaka, de la Universidad Rissho de Tokio, ha liderado experimentos que lo demuestran.

En una de las pruebas, un grupo de perros era guiado por distintas personas hacia recipientes con comida: algunas señalaban el correcto y otras los engañaban mostrando uno vacío.

La reacción posterior fue reveladora: los animales recordaron quién los había confundido y evitaron confiar en esa persona, mostrando rechazo o indiferencia, mientras que con los honestos se mostraban afectuosos.

Otro hallazgo interesante provino de Finlandia, donde se evaluó la inteligencia de diferentes razas.

El hovawart, un perro guardián alemán, destacó por anticipar el engaño: aun cuando un humano señalaba un recipiente vacío, el animal confiaba más en su propia percepción que en la indicación equivocada.

La desconfianza canina no se limita a los engaños personales.

Un estudio de la Universidad de Kyoto comprobó que los perros también observan cómo tratan los extraños a sus dueños.

Cuando los voluntarios actuaban con amabilidad hacia la familia, los animales respondían con afecto; en cambio, si alguien se mostraba hostil o agresivo, el perro rechazaba su comida y adoptaba una actitud defensiva.

Además, la ciencia ha descubierto que esta capacidad se sostiene en su memoria visual: investigaciones de la Universidad de Helsinki demostraron que los perros reconocen rostros humanos incluso en fotografías, y que pueden mantener ese recuerdo durante meses, asociándolo a experiencias previas positivas o negativas.

En conclusión, los estudios de psicología canina confirman lo que muchos dueños sospechaban: los perros no olvidan fácilmente una mentira ni un mal gesto.

Y aunque no comprendan los códigos humanos de moralidad, saben perfectamente quién merece su confianza, y quién no.