ESPAÑA
Debaratan red internacional de trata con fines de explotación sexual: tres detenidos y ocho mujeres sudamericanas rescatadas.
Los Mossos d’Esquadra y la Guardia Civil, en colaboración con la Policía Judicial de Portugal, han desmantelado una organización criminal dedicada al tráfico de personas con fines de explotación sexual. La operación culminó con la detención de tres personas —una en Lleida (España) y dos en Faro (Portugal)— y el rescate de ocho posibles víctimas, mujeres originarias de Colombia, Venezuela, Brasil y Paraguay.
La investigación se inició el año pasado tras detectar una trama que reclutaba mujeres en América del Sur y Centroamérica, muchas veces mediante engaños o coacción, para trasladarlas a diferentes países y someterlas a explotación sexual.
Una de las víctimas fue captada por una estructura paramilitar en Centroamérica, pasó por varios países asiáticos y finalmente fue llevada a España, donde continuó siendo víctima de trata.
Coordinación transfronteriza y resultados clave
El trabajo conjunto entre el Grupo de Tráfico de Seres Humanos de los Mossos y la Unidad de Policía Judicial de Zona de Cataluña de la Guardia Civil permitió identificar a los cabecillas de la red: una pareja que residía en Portugal y actuaba como eje central de la organización. El tercer detenido, en Lleida, se encargaba del traslado y control de las víctimas en territorio español.
El 7 de octubre se realizaron cuatro registros simultáneos en Lleida, Tudela (Navarra), Irún (Guipúzcoa) y Faro (Portugal). En estos allanamientos, además de rescatar a las mujeres, se incautaron 3.800 euros en efectivo, documentación falsa, dispositivos electrónicos, munición y marihuana. En el domicilio de Faro también se hallaron evidencias de tenencia ilícita de armas y tráfico de drogas.
Las ocho mujeres rescatadas recibieron atención inmediata por parte de servicios especializados en víctimas de trata, con apoyo psicológico, legal y social.
Justicia en marcha
Las diligencias han sido remitidas al Juzgado de Instrucción número 32 de Barcelona, que se encarga del seguimiento judicial del caso. Esta operación destaca no solo por su alcance internacional, sino por el alto grado de coordinación policial entre España y Portugal, fundamental para combatir redes criminales que aprovechan las fronteras para ocultar sus actividades.