MERCADOS

Aranceles del 10%: la carne uruguaya podría mejorar sus precios en EE.UU.

La imposición de aranceles generales del 10% por parte del expresidente estadounidense Donald Trump —quien volvió a la Casa Blanca tras las elecciones de noviembre— abre un escenario complejo para el comercio global. Uruguay, que quedó dentro de los países afectados con la tarifa base, podría beneficiarse de forma indirecta por el castigo mayor a competidores directos como Brasil, que enfrentará aranceles del 50%.

La medida de Trump, que implica un retorno fuerte al proteccionismo económico, afectará a más de 70 países con tasas que van desde el 10% hasta el 60%. Uruguay, que quedó en el umbral más bajo, podría sacar ventaja relativa si la política se sostiene en el tiempo.

Desde el Instituto de Negocios Internacionales de la Universidad Católica del Uruguay, su director Ignacio Bartesaghi advirtió que el país “no está mal posicionado” y que esta coyuntura podría traducirse en una ganancia de competitividad frente a otras naciones más penalizadas por los nuevos aranceles. “No nos debe distraer de lo que hay que hacer internamente, pero es una ventana”, afirmó también la economista Carmen Porteiro.

El impacto inmediato se ve con mayor claridad en el rubro cárnico. En declaraciones a Radio Carve, el jefe de Acceso e Inteligencia de Mercado del Instituto Nacional de Carnes (INAC), Álvaro Pereira, explicó que Uruguay conservará el arancel del 10% dentro de la cuota de 20.000 toneladas, y del 36,4% fuera de ella. En cambio, Brasil pasará a pagar un 76,4% fuera de cupo.

Esto no implicaría un aumento automático de los volúmenes exportados —ya que Uruguay tiene limitaciones productivas— pero sí se proyecta una mejora de precios. “Podría haber un ajuste al alza por la menor disponibilidad de carne magra brasileña en EE.UU.”, detalló Pereira.

El análisis se amplía al terreno geopolítico y comercial. Si Brasil pierde acceso al mercado estadounidense, podría redirigir su producción hacia otros destinos donde hoy compite Uruguay, como China, México o la Unión Europea. En ese sentido, Bartesaghi destacó la necesidad de que Uruguay aproveche esta coyuntura para negociar acuerdos de acceso más flexibles, incluso por fuera del Mercosur.

Desde la oposición, el precandidato Yamandú Orsi advirtió que “todo está muy entreverado”, señalando la volatilidad de las relaciones internacionales y la incertidumbre que pueden generar decisiones unilaterales como la de Trump.

En el fondo, la pregunta no es solo si Uruguay podrá beneficiarse de esta nueva configuración arancelaria, sino cuánto durará el reordenamiento global que propone la nueva administración estadounidense. La oportunidad existe, pero también los riesgos a mediano plazo.