OHIO
Bebé más viejo del mundo: embrión congelado durante casi 31 años da vida a una nueva historia
Una pareja estadounidense fue protagonista de un nacimiento histórico: su hijo fue gestado a partir de un embrión congelado en el año 1994, que permaneció almacenado por más de tres décadas. El caso, considerado un récord, reabre el debate sobre el destino de los embriones criopreservados.
En Ohio, una pareja logró cumplir su sueño de formar una familia de una manera tan extraordinaria como conmovedora: dieron la bienvenida a su hijo nacido de un embrión que llevaba congelado casi 31 años, en lo que ya se considera un hito médico sin precedentes.
Lindsey y Tim Pierce, quienes atravesaron años de infertilidad, recurrieron a la adopción de embriones -una alternativa poco común pero en crecimiento- y utilizaron uno de los tres embriones que Linda Archerd había donado tras congelarlos en 1994.
El nacimiento tuvo lugar hace una semana, y según el médico responsable, el embrión había estado almacenado por 11.148 días, estableciendo un nuevo récord.
La práctica de adoptar embriones, vigente desde la década de 1990 el el país del Norte, ha cobrado fuerza especialmente en círculos donde se valora la vida desde la concepción.
En ese marco, clínicas como Rejoice Fertility, en Tennessee (Estados Unidos), se especializan en transferencias embrionarias de larga data y se niegan a desechar embriones, por convicción ética y religiosa.
Para Linda Archerd, de 62 años, el camino también fue largo y emocional.
En el año 1994 se sometió a fertilización in vitro (FIV), pero tras el nacimiento de su hija y un posterior divorcio, los planes de usar los embriones restantes se esfumaron.
Años después, y tras lidiar con la carga emocional y financiera de mantenerlos congelados, Linda recurrió a Snowflakes, una agencia que facilita la adopción abierta de embriones y permite a los donantes establecer contacto con las familias receptoras.
“Sentía que esos embriones también merecían una oportunidad de vivir”, explicó Archerd a periodistas colegas de AFP.
La conexión con los Pierce no solo le brindó alivio, sino también esperanza de mantener un vínculo con el niño.
“Ya me mandaron fotos. Ojalá algún día pueda conocerlos. Sería un sueño cumplido.”
Del total de embriones donados, uno no sobrevivió al proceso de descongelación. Los otros dos fueron transferidos al útero de Lindsey Pierce, aunque solo uno logró implantarse exitosamente.
El bebé, sano y esperado durante décadas, es el resultado de una historia de ciencia, fe y perseverancia.
El Dr. John David Gordon, encargado del procedimiento, afirmó que este nacimiento supera el anterior récord de su propia clínica, cuando en el año 2022 nacieron los mellizos Ridgeway a partir de embriones congelados por 30 años.
Más allá de la hazaña, Gordon también dejó una reflexión: “¿Por qué hay más de un millón de embriones en criopreservación? Estas historias nos emocionan, pero también nos enfrentan a preguntas profundas.”
En un comunicado conjunto, los nuevos padres fueron claros: “No lo hicimos por los titulares, solo queríamos tener un hijo.”
Sin embargo, su historia ya forma parte de una conversación más amplia sobre ciencia, ética y las múltiples formas de construir una familia.