ROBOT SUICIDA

Un robot con Inteligencia Artificial se "suicida" tras un año trabajando para un ayuntamiento de Corea del Sur

Una inteligencia artificial (IA) que trabajaba para el ayuntamiento de Gumi, Corea del Sur, se "suicidó" tras un año de servicio. El robot, cuyo trabajo consistía en llevar a cabo tareas administrativas, se tiró por las escaleras y quedó destruido. Este evento ha puesto de manifiesto tanto el potencial como los riesgos de la integración de robots en el mundo laboral.

Más allá de las IA, están los robots, que siempre han formado parte del imaginario colectivo. Mientras las IA son más recientes en sus usos actuales, los robots siempre han sido vistos como algo futurista, tanto que parecía irreal. Novelas y películas han explorado un mundo dominado por robots con conciencia propia. Aunque aún no hemos llegado a ese punto, hay robots tecnológicamente avanzados que realizan funciones que antes correspondían a humanos.

La robótica está más desarrollada en algunas regiones del mundo, especialmente en Asia. Corea del Sur es una nación destacada en este sentido, con compañías como Samsung, Hyundai y LG, y una alta densidad de robots realizando todo tipo de tareas, desde las más plausibles hasta las más surrealistas.

El robot surcoreano suicida

Esta tendencia de utilizar robots en distintos puestos de trabajo llegó hasta la provincia de Gyeongsang, concretamente al ayuntamiento de Gumi, que nombró como funcionario a un robot. Conocido como “robot supervisor”, este era considerado oficialmente un "compañero" por los demás funcionarios. Su principal responsabilidad era desplazarse entre los pisos 1 y 4 del ayuntamiento para la entrega de documentos, operando todos los días desde las 9 de la mañana hasta las 6 de la tarde y equipado con una tarjeta de identificación oficial.

Sin embargo, este robot ya no está en servicio. Según la Agencia de Noticias Yonhap, el robot se cayó por unas escaleras de dos metros de altura mientras realizaba sus tareas administrativas. El daño fue considerable y el robot quedó fuera de funcionamiento. Testigos afirmaron a AFP que, antes del accidente, el robot se movía "dando vueltas", lo que indicaba un mal funcionamiento.

Para evitar incidentes similares en el futuro, las autoridades surcoreanas están investigando las causas del accidente. El ayuntamiento de Gumi pagaba una cantidad mensual de 2 millones de wones (alrededor de 1.343 euros) a Bear Robotics, la empresa que poseía el robot. El incidente, que podría haber causado daños a personas si alguien hubiera estado en las escaleras en el momento de la caída, ha generado mucho debate en redes sociales. Los surcoreanos han reaccionado con comentarios como “descansa en paz, chatarra” y “así de aterrador es el exceso de trabajo”, refiriéndose al accidente como “el primer suicidio de un robot en el país”.

Reflexión sobre el incidente

Este incidente resalta la creciente presencia y dependencia de robots en nuestra vida cotidiana y laboral. Aunque los avances tecnológicos prometen eficiencia y comodidad, también plantean nuevos desafíos y riesgos que deben ser gestionados con cuidado. La investigación en Gumi podría proporcionar valiosas lecciones sobre la integración segura y efectiva de robots en entornos humanos.