¿cuál será?

¿Bañarse por la mañana o por la noche?: La mejor opción según estudios.

En el eterno debate entre ducharse por la mañana o por la noche, la ciencia tiene algo que decir.

Quienes prefieren la ducha nocturna argumentan que les permite eliminar el sudor, la suciedad, el polvo y los contaminantes acumulados durante el día. Esto evita que esos residuos se transfieran a las sábanas y fundas de almohada, lo que podría beneficiar especialmente a personas con alergias o piel sensible.

Además, tomar una ducha caliente una o dos horas antes de acostarse puede mejorar la calidad del sueño. Un metaanálisis de 13 estudios reveló que este hábito reduce el tiempo necesario para conciliar el sueño, posiblemente porque el aumento seguido de una caída en la temperatura corporal actúa como señal para que el cuerpo inicie su ritmo circadiano.

Sin embargo, hay un matiz importante: Una persona puede liberar hasta medio litro de sudor y dejar miles de células muertas mientras duerme, creando un ambiente propicio para ácaros del polvo y bacterias.

Por otro lado, quienes optan por la ducha matutina aseguran que les ayuda a despertar, activar la circulación y comenzar el día con energía. Además, elimina el sudor y las bacterias acumuladas durante la noche, ofreciendo una sensación de higiene renovada.

Desde el punto de vista microbiológico, esta práctica tiene sentido: si no cambias las sábanas con frecuencia, dormir varias noches seguidas con la misma ropa de cama genera un microambiente rico en microorganismos. En ese caso, lavarse por la mañana puede ser más efectivo para reducir la carga bacteriana diaria.

¿Qué importa realmente?

Para expertos como Holly Wilkinson, profesora de Microbioma en la Universidad de Hull, lavar la ropa de cama regularmente es más crucial que la hora de la ducha. Las bacterias, hongos y ácaros pueden acumularse en sábanas, almohadas y edredones, aumentando el riesgo de alergias o irritaciones, especialmente en personas con asma o sensibilidad respiratoria.

Asimismo, la frecuencia ideal de baño no necesariamente es diaria. Ducharse dos o tres veces por semana suele ser suficiente para mantener una buena higiene, siempre que se limpien áreas clave como axilas, pies e ingle. Todo depende del tipo de actividad física o laboral que realices.