MOLESTIAS Y SOLUCIONES
Adiós a los calambres!: mitos populares y trucos efectivos para combatirlos
Los calambres musculares pueden arruinar el día o el sueño, pero ¿funcionan realmente remedios como el agua tónica o el corcho? Aunque estos métodos populares tienen seguidores, la ciencia apuesta por hidratación, estiramientos y una dieta rica en nutrientes para prevenirlos, y técnicas simples como masajes para aliviarlos rápido, según expertos de Mayo Clinic y Harvard Health.
Los calambres musculares, esas contracciones dolorosas e inesperadas, suelen golpear mayormente en las piernas, durante el ejercicio o la noche.
Aunque remedios caseros como el agua tónica o el corcho son populares, la evidencia científica los cuestiona, mientras que estrategias comprobadas ofrecen soluciones más confiables.
El agua tónica, con su pequeña dosis de quinina, es un favorito para aliviar calambres nocturnos, según testimonios que la elogian por relajar los músculos.
Sin embargo, estudios revisados por la FDA y Medical News Today muestran que la quinina no es concluyentemente efectiva, y su baja concentración en la bebida (menos de 100 mg por litro) limita su impacto.
Además, su consumo excesivo puede causar efectos secundarios como náuseas o arritmias, por lo que debe usarse con precaución y consulta médica.
El corcho, ya sea en el bolsillo, apretado en la palma de la mano o bajo la almohada, es otro remedio viral sin respaldo científico.
Aunque muchos juran que alivia el dolor al instante, expertos lo atribuyen a un posible efecto placebo, ya que el corcho no contiene sustancias activas. Es inofensivo, pero no sustituye métodos probados.
Para prevenir calambres, la Clínica Mayo y Harvard Health recomiendan mantenerse hidratado con al menos ocho vasos de agua al día y consumir alimentos ricos en potasio (bananas, naranjas), magnesio (espinacas, nueces) y sodio con moderación.
Estiramientos diarios, especialmente de pantorrillas, reducen su frecuencia, según estudios en PMC, mientras que evitar posiciones como dormir con las piernas flexionadas, ayuda.
Si persisten, un médico puede evaluar suplementos de magnesio o potasio.
Cuando un calambre ataca, estirar suavemente el músculo afectado, masajearlo con movimientos circulares y aplicar calor (con una toalla caliente o ducha) son las soluciones más rápidas, según Mayo Clinic y StatPearls.
Caminar despacio o usar frío puede complementar, pero el calor es clave al inicio.
En definitiva, aunque el agua tónica y el corcho tienen su encanto, la hidratación, una dieta balanceada y estiramientos, son los verdaderos héroes para prevenir calambres.
Para un alivio rápido, masajes y calor son imbatibles.
Si los calambres no ceden, un chequeo con un profesional de la salud, puede revelar la causa oculta y garantizar jornadas sin dolor.