ESTE LUNES
El sindicato de Conaprole definió un nuevo paro en el marco del 75° aniversario de la cooperativa
La Asociación de Obreros y Empleados de Conaprole (AOEC) resolvió un paro parcial este lunes, coincidiendo con la celebración de los 75 años de la cooperativa, mientras el sector acumula conflictos por cierres de plantas, despidos y denuncias de pérdida de mercado.
La Asociación de Obreros y Empleados de Conaprole (AOEC) anunció un nuevo paro de actividades para este lunes, en coincidencia con el 75° aniversario de la cooperativa. La medida, que se suma a otras tres realizadas en el último mes, se da en un clima de creciente tensión en la industria láctea, marcada por cierres de plantas, despidos y acusaciones de concentración empresarial.
El paro se realizará por turnos y con distintos formatos: desde el domingo a la noche hubo un cese de tareas de dos horas, mientras que en los turnos de la mañana y la tarde del lunes la producción quedará detenida entre las 12 y las 17 horas. Según informó el sindicato, la jornada también busca garantizar la participación de los trabajadores en actividades conmemorativas, entre ellas la presentación de un sello especial del Correo Uruguayo, que tendrá lugar al mediodía en la sede gremial en Montevideo.
La medida sindical se inscribe en un contexto de fuerte conflictividad en el sector lácteo. A los paros en Conaprole se suman los despidos en Claldy, el prolongado conflicto en Coleme, el cierre de la planta de Lactalis en Cardona —que afectará a unas 100 familias en Soriano— y la incertidumbre sobre el futuro de la planta de Rivera de Conaprole.
Los gremios acusan a las patronales de impulsar un proceso de “achicamiento y concentración” que favorece a las grandes corporaciones en detrimento de las plantas pequeñas y medianas. En esa línea, reclaman una mayor participación del Estado para equilibrar la relación de fuerzas en las negociaciones.
Pablo González, dirigente de la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL) y referente sindical de Lactalis, sostuvo que las decisiones empresariales son “un ataque directo al sindicalismo en Uruguay”. Según explicó, el cierre de plantas no responde a razones estrictamente productivas sino a la búsqueda de generar condiciones favorables de cara a los Consejos de Salarios. “Cierran y reabren con la gente que ellos quieren y con salarios sumergidos”, denunció.
Mientras tanto, la situación comienza a impactar en el mercado: productores y distribuidores alertan por faltantes de lácteos en las góndolas y pérdida de posicionamiento frente a la competencia internacional.