Con épica y coraje, PSG eliminó al Bayern y es semifinalista del Mundial de Clubes

En un cruce que muchos catalogaban como una final anticipada, el París Saint-Germain venció 2-0 al Bayern Múnich y selló su clasificación a las semifinales del Mundial de Clubes. En un duelo vibrante, físico y cargado de incidentes, el equipo francés volvió a mostrar que es mucho más que potencia ofensiva: es resiliencia, temple y defensa férrea.

La victoria del PSG se construyó en un contexto complejo. El Bayern, con una presión asfixiante, obligó a los franceses a jugar incómodos, forzando pases largos y bloqueando la salida clara. Durante la primera parte, la figura de Donnarumma fue decisiva: le tapó un disparo de gol a Olise y, aunque involuntariamente, fue protagonista de la acción que derivó en la gravísima lesión de Musiala, lo que dejó en shock al propio arquero italiano.

En el otro arco, Manuel Neuer también fue figura. Detuvo varias situaciones claras y solo falló una vez: a los 78 minutos, Désiré Doué encaró desde la derecha hacia el centro y sacó un zurdazo al primer palo que sorprendió al veterano arquero alemán. Fue el quiebre del partido. El PSG tomaba ventaja y el Bayern, desesperado, se lanzaba con todo.

La recta final fue una montaña rusa. A falta de ocho minutos, el defensor Pacho fue expulsado por una dura falta. Ya en tiempo agregado, Lucas Hernández también vio la roja tras un codazo. Con nueve hombres, el PSG se replegó, resistió una nueva anotación de Kane —otra vez anulada por offside— y se aferró al resultado.

Pero hubo más. En una contra frenética, Dembélé reventó el travesaño y, en la jugada siguiente, sentenció el partido con el 2-0 definitivo en el minuto 96. Cuando parecía que el Bayern tendría una última vida tras un penal sancionado a favor de Thomas Müller, el VAR intervino y anuló la decisión, desatando la euforia en el banco parisino.

Con este triunfo, el PSG avanza a semifinales del Mundial de Clubes con la ambición de cerrar una temporada perfecta: ya conquistó la Champions y ahora va por el trono mundial. El equipo de Luis Enrique no solo convence con fútbol, también gana con carácter.