Maldonado

Médico fue amonestado por denuncia de abuso

El Tribunal de Ética del Colegio Médico del Uruguay (CMU) amonestó a un doctor acusado por una paciente que acudió a consulta por “sensación de dolor precordial y angustia”. La paciente denunció que fue “examinada de más” y que el doctor le preguntó sobre sus planes nocturnos, además de anotarle su número de teléfono en una receta.

La paciente, quien “tenía antecedentes de depresión en tratamiento psiquiátrico”, asistió en enero a una mutualista de Maldonado por un “dolor en el pecho”. En su denuncia, afirmó que el médico no solo le examinó el corazón, sino que también revisó su abdomen, “incluyendo la región del pubis”; según el fallo.

Durante la consulta, el médico le pidió que se recostara en la camilla solicitándole que se bajara el pantalón en un momento en que no llevaba ropa interior. “Me fue tocando un poco más abajo y yo sentí como que iba tocando más cerca porque yo no me había depilado”; relató la denunciante.

El amonestado diagnosticó una contractura muscular y la derivó a enfermería para que le realizaran una analgesia. Al regresar al consultorio, le preguntó “si iba a hacer algo esa noche” y anotó su número en una receta, sugiriendo que podría necesitar hablar con él.

Yo salí llorando, temblando, me sentía horrible”, recordó la paciente, quien llamó a sus padres para que la acompañaran tras el incidente. La médica coordinadora de emergencia, quien recibió su denuncia, señaló que tuvo que contener a la familia, ya que el padre “quería trabarse en lucha” con el médico.

El tribunal concluyó el 30 de agosto que el médico “tuvo un desempeño clínico inadecuado, lo que llevó a que una paciente especialmente vulnerable atravesara una experiencia desagradable”. Asimismo, reprocharon su conducta por “apartarse de las reglas éticas que rigen la relación médico-paciente”.

La sanción impuesta fue la segunda más leve de cuatro posibles (advertencia, amonestación, sanción educativa y suspensión temporal por un máximo de 10 años).

El proceso “no arrojó elementos probatorios suficientes” para afirmar con el “grado de certeza exigido” que el examen físico “incluyó actos con intenciones de índole sexual”. Sin embargo, se observó que “no registró en la historia clínica de la paciente el examen”, lo cual contraviene las normas.

El tribunal afirmó que “resultó acreditado que la paciente experimentó una situación que percibió como abusiva en el proceso asistencial”, y consideró “incorrecta” la “sumatoria de actos innecesarios sin una explicación clara que en su conjunto disgustaron a la paciente”. Destacaron que el médico debió “explicarle” a la mujer por qué estaba “justificado” realizar la palpación y también debió registrarlo en su historia clínica.

Respecto a la anotación de su teléfono, el tribunal señaló que, aunque puede ser “conveniente” en ciertas situaciones, “no parece que sea el caso de aquellos pacientes que consultan en puerta de emergencia donde el vínculo no suele extenderse más allá de la concreta consulta”. Además, se puntualizó que las explicaciones dadas al respecto “no fueron coincidentes”.

El médico sancionado declaró al tribunal que “no hubo” acoso. “Yo no la toqué como dice ella”; afirmó. Añadió que el episodio lo “destruyó” e incluso cuestionó si el caso “no fue armado” por las “declaraciones disímiles” que, según él, presentó la paciente.

Sobre lo sucedido en consulta, afirmó que la mujer le mencionó que era “la vigésima vez que consultaba por dolores en todo el cuerpo” y que padecía “depresión y ansiedad”.

Tras realizar “la palpación de cuello, columna y hombros”, donde detectó contractura muscular, continuó con “auscultación pleuropulmonar y cardiovascular, finalizando con la palpación del abdomen previo a levantar el buzo hasta la región subcostal y bajar el pantalón hasta la línea umbilical”, un examen que, según él, es “normal”. “Hace casi 30 años que hago lo mismo, de entregar el teléfono y ponerme a las órdenes”; agregó.