Ratas
Gabriela: "El local de Pecas de Acuña de Figueroa está plagado de ratas, el dueño lo sabe y no hace nada"
La delegada sindical Gabriela García de la empresa Pecas expuso en una entrevista para La Mañana en Cadena la terrible situación que enfrentan los trabajadores en su local ubicado en Acuña de Figueroa.
Desde hace tiempo, la presencia de una plaga de ratas ha convertido el entorno laboral en un peligro constante para la salud de los empleados y sus familias. Hace año y medio que vienen con esta situación "yo estoy hace casi un año y medio trabajando en esta empresa, y desde que yo estoy trabajando acá están las ratas".
"Estamos atrapados entre ratas y un olor nauseabundo a podrido", expresó García. La empresa, a pesar de ser consciente del problema, tomó medidas extremas al obligar a los empleados a poner veneno para controlar la plaga. "Nos hicieron poner veneno a nosotras, parar la plaga y los cadáveres de las ratas muertas, envenenadas, empezaron a pudrirse en el verano, abajo del entrepiso donde nosotros trabajamos, en la cafetería, en la heladería, empezó a salir el olor a podrido" expresó Gabriela.
La gravedad de la situación se hizo evidente cuando una compañera se vio obligada a abandonar su turno debido a malestares físicos, los cuales un médico relacionó directamente con la exposición a los desechos de roedores. Ante el riesgo para la salud de todos, los trabajadores se organizaron y exigieron a la empresa tomar medidas efectivas para resolver el problema, pero fueron ignorados repetidamente.
"Se tuvo que ir a su casa, fue el médico y cuando habló con la médica le contó lo que estaba pasando. Ella le advirtió de que estábamos en un montón de riesgos porque estar ahí con el tema de estar aspirando heces y orines de roedores, podemos contagiarnos a nosotros y a nuestras familias".
La respuesta de la empresa no solo fue insuficiente, sino que además se intensificaron las represalias contra los trabajadores que alzaron su voz. Reducciones de horas, manipulación de propinas y hasta suspensiones injustificadas se convirtieron en herramientas habituales para forzar la renuncia de los empleados, sin ofrecerles ningún tipo de indemnización.
"Las 8 horas que ya estaban habladas de mi compañera, le empezaron a poner seis todos los días. A Ella no le estaban dando las cuentas. Reclamábamos, pedíamos que hiciéramos una reunión para que nos explicaran qué era lo que estaba pasando. No nos daban la cara. El dueño, después de esto que hicimos de la huelga no volvió a pisar al local como por dos semanas, para no dar la cara tampoco. Nos dejaban sin respuesta".
Ante esta situación, los trabajadores decidieron unirse al sindicato de gastronomía y hotelería en busca de apoyo y orientación. Sin embargo, incluso esta medida provocó más represión por parte de la empresa, que ahora busca deshacerse de aquellos que lideran la lucha por condiciones laborales dignas.
"Otra cosa que es algo muy particular y especial de esta empresa, es que ellos no te despiden jamás. Como no te despiden a nadie, no te despiden, ellos te obligan a irte, o sea, te hacen todo lo que pueden para que vos te termines yendo sin derecho a nada, o a su defecto, lo que me están queriendo hacer a mí ahora, te ponen observaciones y suspensiones para poderte hacer un despido por mala conducta y no tener que pagar ninguna indemnización".
Gabriela habló sobre una denuncia anónima que recibió la Intendencia de Maldonado en la Dirección de Higiene y Bromatología, en la entrevista hizo referencia a ello "recién se empezaron a tomar algunas medidas después de que hicimos esta huelga, pero fueron medidas solamente por una cuestión de que se hizo una denuncia anónima a Higiene. Higiene se presentó y solamente pidió los papeles de los empleados, carné de manipulación de alimentos y carné de salud. Y por lo que sabemos, no se hizo".