Naturaleza

Espectáculo natural: noctilucas iluminaron las aguas de Punta del Este.

Cientos de personas se acercaron a la costa para presenciar el fenómeno bioluminiscente que tiñó el mar de azul fosforescente.

Una postal digna de película se vivió este viernes 10 de octubre en Punta del Este, cuando las aguas del Atlántico se encendieron con un intenso brillo azul. El fenómeno, provocado por la presencia de noctilucas, atrajo a cientos de turistas y residentes que se acercaron a distintas playas para fotografiar y grabar el increíble momento.

Nuestro compañero Matias Napilotti recorrió diversos puntos del balneario registrando las imágenes del fenómeno y el asombro de quienes, entre risas y silencio, se tomaban un instante para observar el mar iluminado y disfrutar de un espectáculo tan inusual como hipnótico.

Desde las primeras horas de la noche, las olas comenzaron a mostrar destellos azulados que se intensificaban con el movimiento del agua. En zonas como Playa Brava, el Puerto y la Mansa, los visitantes se detenían a contemplar cómo cada rompiente se teñía de luz, transformando la costa en un escenario natural lleno de magia.

“Fue algo impresionante, parecía que el mar respiraba luz. Nunca había visto algo así”, comentó una visitante que no dudó en capturar el fenómeno con su celular.

Cadena del Mar registró a decenas de familias, parejas y grupos de amigos que se detenían frente al mar para contemplar el fenómeno. Algunos ingresaban hasta la orilla para tocar las olas iluminadas, mientras otros preferían disfrutar en silencio de la vista.

La mezcla de asombro, curiosidad y calma dominó la escena. “Es un espectáculo que te conecta con la naturaleza de una forma distinta”, expresó un residente de Punta del Este que presenció el fenómeno junto a su familia.

Aunque breve, la aparición de las noctilucas deja una huella imborrable entre quienes tuvieron la suerte de presenciarla. Este tipo de eventos recuerda la riqueza y fragilidad del ecosistema marino, capaz de sorprender incluso a los más habituados al paisaje costero.

Con cámaras en mano y ojos llenos de admiración, Punta del Este vivió una noche en la que el mar, literalmente, brilló con luz propia.