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Orlando Bravo: El puertorriqueño que construyó una fortuna de casi 10.000 millones de dólares con un software empresarial.

Bravo, el primer milmillonario nacido en la isla caribeña, transformó el mercado del software empresarial con su fondo Thoma Bravo, alcanzando una fortuna de 9.800 millones de dólares. Su trayectoria, marcada por pérdidas, tenacidad y una visión única, lo consolidó como un referente en Wall Street.

A los 30 años, Orlando Bravo enfrentó un revés financiero al perder 100 millones de dólares en dos startups durante el colapso de la burbuja puntocom a finales de los 90.

Lejos de desanimarse, este puertorriqueño tomó la experiencia como una lección, adoptando una filosofía de aprendizaje a través del fracaso y una mayor tolerancia al riesgo.

Criado en Mayagüez, Puerto Rico, Bravo creció en una familia acomodada ligada a la industria atunera. Su pasión por el tenis lo llevó a la prestigiosa academia Nick Bollettieri en Florida, donde entrenó junto a futuras estrellas como André Agassi. Aunque no alcanzó el éxito deportivo, su talento lo llevó a Brown University y luego a Stanford, donde obtuvo un doctorado en Derecho y un MBA.

Tras un breve paso por la banca de inversión, encontró su vocación en el private equity. En 1997, se unió a Cressy Thoma y, tras el fiasco de la burbuja puntocom, refinó su estrategia: invertir en software empresarial estable, como programas de nóminas e inventarios, esenciales para las empresas pero poco atractivos para otros inversores.

Con Thoma Bravo, fundado en 2008, el empresario perfeccionó su enfoque: adquirir firmas de software con clientes fieles, optimizarlas y venderlas con grandes ganancias. Un ejemplo fue Prophet 21, comprada en 2002 y vendida tres años después por cinco veces su valor, sentando las bases de un imperio que hoy administra 160.000 millones de dólares.

La compra de Dynatrace en 2014, separada de Compuware por 2.400 millones de dólares y revendida en 2019 por 4.500 millones de dólares, reflejó la visión de Bravo sobre la importancia de la nube. Esta operación, entre otras, lo convirtió en el puertorriqueño más rico, con una fortuna estimada en 9.800 millones de dólares según Forbes.

Pese a su éxito, Bravo enfrentó críticas, como el hackeo de SolarWinds en 2020 y la pérdida de 125 millones de dólares en FTX (Cryptomonedas).

En Puerto Rico, su Bravo Family Foundation impulsa becas y emprendimientos tras el huracán María. A sus 54 años, sigue liderando Thoma Bravo, invirtiendo en ciberseguridad y apoyando a su comunidad natal.