Tensión y expectativa
Histórico giro en Argentina: Milei designa a un militar como ministro de Defensa.
El presidente Javier Milei designó al jefe del Ejército, Carlos Presti, como ministro de Defensa, un hecho inédito desde el retorno democrático en 1983.
El presidente argentino Javier Milei anunció la designación del teniente general Carlos Presti, actual jefe del Ejército, como ministro de Defensa, convirtiéndolo en el primer militar en ocupar ese cargo desde la recuperación democrática.
El nombramiento llega en medio de la reconfiguración del gabinete impulsada por el oficialismo tras su triunfo legislativo de octubre y a pocas semanas de la asunción de un nuevo período de gobierno, previsto para el 10 de diciembre.
Según el comunicado oficial, el ascenso de Presti representa “el fin de la demonización de nuestros oficiales, suboficiales y soldados” y el inicio de una tradición que el Ejecutivo espera que perdure.
El anuncio tiene un fuerte peso simbólico para un país cuya historia reciente sigue marcada por las heridas de la última dictadura cívico-militar (1976-1983), período en el que organismos de derechos humanos denuncian cerca de 30.000 desaparecidos y más de 400 bebés apropiados.
Por ello, la llegada de un uniformado a una cartera que desde hace cuatro décadas se mantuvo bajo conducción civil constituye un quiebre relevante en la política de defensa argentina.
En paralelo, el gobierno confirmó el nombramiento de Alejandra Monteoliva como ministra de Seguridad en reemplazo de Patricia Bullrich, quien asumirá un escaño en el Senado. Desde la Casa Rosada aseguran que estas designaciones mantienen la línea política establecida durante el primer año de gestión y consolidan un nuevo orden dentro del gabinete.
La designación de Presti no solo implica un cambio de figura, sino también una redefinición en la relación entre las Fuerzas Armadas y el poder civil. Ahora, la atención se centra en cómo este nombramiento influirá en la política de defensa, en el clima político interno y en las reacciones de organizaciones de derechos humanos, mientras Milei avanza en una agenda de reformas que promete marcar el inicio de su nuevo mandato.