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El Presidente Argentino Javier Milei sufre la primera baja de su Gabinete Ministerial: Echó a Guillermo Ferraro
Es la primera baja del Gabinete del Gobierno, la decisión se precipitó por la filtración en la que el Presidente se despachó contra los Gobernadores y prometió “dejarlos sin un peso”. Ferrari era muy cuestionado por el Jefe de Gabinete, Nicolás Posse.
El Gabinete de Javier Milei sufrirá su primera baja. En una jornada que comenzó con la novedad de la salida de Enrique Rodríguez Chiantore de la Superintendencia de Servicios de Salud, el Presidente tiene decididoechar a un ministro tras la filtración de una reunión de Gabinete en la que el mandatario se despachó contra los gobernadores y prometió “dejarlos sin un peso”.
Fuentes inobjetables de la Casa Rosada indicaron a Clarín que el apuntado es el ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, quien mantenía diferencias con el jefe de Gabinete, Nicolás Posse.
Pese a que en el Gobierno plantearon como excusa la filtración de la declaración de Milei sobre los gobernadores, lo concreto es que Ferraro era cuestionado severamente por Posse, el funcionario de mayor confianza de Milei por fuera de su hermana Karina. Al parecer, el jefe de Gabinete le reprochaba no avanzar con los nombramientos que le encomendaba para su área.
Con la salida de Ferraro -la primera baja del gabinete de ministros de Milei, el Gobierno evalúa cambios en el organigrama para Infraestructura. De ser un superministerio, por absorber carteras de peso como Transporte, podría ser degradado a secretaría y colgar del ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo.
La teoría de que Milei decidió echar a Ferraro por la filtración perdió fuerza en la noche del jueves. Es que las primeras versiones daban cuenta de que el jefe de Estado se había enojado con un integrante del Gabinete porque los dichos que habían trascendido le generaron un problema político con la oposición.
Pero con el paso de las horas, cuando se expuso el nombre de Ferraro, ganó terreno la idea de que utilizó el conflicto para tomar una decisión que ya tenía en su cabeza y que analizó con frialdad: de extremo perfil bajo, en el mes y medio que permaneció en su cargo, Ferraro fue un fervoroso obediente de los lineamientos en materia de comunicación que trazó la Casa Rosada.
Asimismo, resulta difícil de creer que el enojo con Ferraro o cualquier ministro obedece a una filtración: los trascendidos de lo que se habla en las reuniones de Gabinete son una constante desde que asumió Milei, quien suele jactarse de repetir en público lo que dice en privado.
Para Milei tampoco fue un dolor de cabeza la reacción opositora a sus dichos: de hecho, la orden al área de comunicación fue dejar en claro el malestar del Gobierno con la actitud de las provincias en las negociaciones por la “ley ómnibus”.