ASTRONOMÍA

Cometa Halley: desmintió el azar y anticipó el futuro del Cosmos

La próxima visita del cometa Halley está marcada en los calendarios astronómicos para el año 2061. Fue el primero cuyo regreso fue predicho con precisión matemática, cambiando para siempre la forma en que miramos el cielo.

En un cielo que durante siglos fue observado con fascinación y misterio, el cometa Halley marcó un antes y un después en la comprensión del universo.

Más que una aparición brillante en la bóveda celeste, este cometa representó una revolución científica: fue el primero en ser reconocido como periódico y en tener su retorno anticipado con base en cálculos astronómicos.

Su próxima reaparición está prevista para el 28 de julio de 2061, cuando volverá a acercarse a la Tierra en su recorrido de 76 años alrededor del Sol.

El mérito de este hito recae en Edmond Halley, astrónomo inglés del siglo XVIII, quien empleó las leyes de Newton sobre la gravitación y el movimiento planetario para estudiar las trayectorias de varios cometas registrados en 1531, 1607 y 1682.

Al notar la similitud en sus órbitas, Halley postuló que se trataba del mismo objeto celeste, proponiendo que volvería a aparecer en 1758.

Aunque no vivió para confirmarlo -murió en 1742-, su predicción se cumplió con exactitud, otorgándole al cometa su nombre.

Desde entonces, el 1P/Halley, como se lo conoce formalmente, ha fascinado tanto a científicos como al público.

Fue también el primer cometa fotografiado por una sonda espacial, consolidando su rol pionero no solo en la astronomía teórica, sino también en la exploración espacial moderna.

Según registros históricos, las primeras menciones documentadas del cometa provienen de astrónomos chinos en el año 240 a.C., aunque existen indicios de que pudo haber sido observado en Grecia incluso antes, entre los años 467 y 466 a.C.

Este extenso historial convierte a Halley en un visitante recurrente de la humanidad, testigo de generaciones y eventos históricos.

La Agencia Espacial Europea (ESA) recuerda que la última vez que se lo pudo observar fue en 1986.

En cada una de sus visitas, Halley ha despertado tanto asombro como expectativas, no sólo por su belleza sino por lo que representa: la confirmación de que el Universo, lejos de ser caótico e impredecible, puede entenderse y predecirse gracias a la ciencia.

Con su retorno en el horizonte de las próximas décadas, el cometa Halley sigue siendo un símbolo del poder del pensamiento científico y una promesa de reencuentro entre la humanidad y el cosmos.