“Nos arruinaron la vida”: la reacción del entorno de Diego García tras la sentencia.

La jornada del martes quedó marcada por la repercusión generada en torno a la sentencia contra el futbolista Diego García, quien defendía la camiseta de Peñarol. Si bien el fallo judicial determinó una condena de seis años y ocho meses de prisión por abuso sexual con acceso carnal y ordenó su inmediata detención con arresto domiciliario y tobillera electrónica, el foco público rápidamente se desplazó hacia la reacción del jugador y de su entorno más cercano, que expresaron profundo malestar y denunciaron una injusticia.

Horas después de conocerse la resolución, García recurrió a las redes sociales para expresar su postura, asegurando sentirse víctima de una situación que considera injusta y reafirmando su inocencia. En un extenso mensaje, el futbolista sostuvo que la vida “a veces te pone en batallas que no merecías y te hiere con golpes que no buscaste”, pero afirmó haber encontrado fortaleza en medio del dolor y la confusión.

Señaló que mantiene la conciencia tranquila y el “corazón limpio”, convencido de que finalmente “la luz” prevalecerá. Para el deportista, ser acusado de algo que sostiene no haber hecho constituye “una de las heridas más difíciles de llevar”, aunque aseguró que no piensa rendirse y que continuará luchando “por mí y por mi familia” hasta que, según él, “salga la verdad”. También agradeció a quienes lo apoyaron durante estos años y afirmó no guardar rencor hacia quienes lo juzgaron sin conocerlo.

El tono de indignación se intensificó con el mensaje difundido por su pareja, quien criticó de forma contundente la decisión judicial y cuestionó el desarrollo del proceso. En su publicación, afirmó sentirse devastada y aseguró que la condena fue dictada “sin ninguna prueba”, señalando que el relato de la denunciante habría cambiado en múltiples oportunidades y que, según ella, pericias psicológicas y psiquiátricas no respaldaron la acusación. La mujer manifestó que el juez tomó la decisión “sin dar ninguna explicación” y lamentó que, a su entender, no solo se condenó a García, sino también a su familia y a su entorno, expresando que “nos arruinaron la vida para siempre”.

El vínculo contractual de García con Peñarol quedó automáticamente rescindido tras el fallo, de acuerdo a lo establecido en el acuerdo con el club, lo que añade un impacto deportivo y profesional a la situación personal que atraviesa el jugador.

Mientras tanto, su defensa evalúa los pasos a seguir, con la convicción expresada públicamente de continuar intentando revertir la sentencia y defender la imagen del futbolista, quien insiste en sostener su versión y rechazar categóricamente la condena.