Batalla cultural
Dr. Ignacio Supparo en Cadena del Mar: "¿Por qué se defienden ideas que nos perjudican? "Las pensiones a los trans son absurdas".
Hay "seres humanos cuánticos" que son y no son al mismo tiempo; y tienen "tanta moral que la poseen doble"; son algunas de las expresiones del profesional, en el marco de la organización denominada "Contexto", que entiende que "la familia se destroza a través de adoctrinamientos con una ideología de género destructiva".
En el día de hoy, viernes 19 de septiembre, visitó los estudios principales de Cadena del Mar el Dr. Ignacio Supparo.
Entre otras cosas, fue consultado sobre la actividad desarrollada en la jornada de ayer, en la Sala de Reuniones de Torre Trump, que convocó a decenas de vecinos maldonadenses.
Desde el "trastorno delirante" hasta la negación de la realidad" son algunos de los temas abordados por Supparo.
El referente explicó que es parte de una "organización independiente que promueve el pensamiento liberal como una herramienta para el desarrollo económico, social y cultural del Uruguay".
Añadiendo que son fundamentales estos espacios que se "constituyen como un encuentro plural, abierto a ciudadanos, empresarios, académicos y jóvenes que buscan aportar a la construcción de un país más libre, justo y próspero"; donde se busca —entre otras cosas— ser vínculo "entre las ideas y las acciones, transformando el debate en propuestas concretas, que incidan en la vida pública".
"Los parásitos mentales" y aquellos que "padecen la enfermedad del alma" son elementos que poco a poco se transforman en ideas y creencias que "crean fanáticos y que suprimen la veracidad de las evidencias y no pueden, por ejemplo, distinguir el bien del mal (porque el parásito toma el control de sus actos)", señala.
Lo precitado, a juicio del entrevistado, "puede curarse", y se remonta a una propagación donde, en el año 1897, aparece el "huésped cero del parásito": el magnicidio de Juan Idiarte Borda.
A su juicio, han pasado casi 123 años desde que se abrió en Uruguay "la puerta a un Estado del bienestar excesivo, donde muchos uruguayos entienden que es a través del mismo, como salvador de la sociedad —y no uno mismo a través del esfuerzo y sacrificio—", que se desarrollará una vida plena. “123 años después, esa semilla se convirtió en un monte y el Estado no ha parado de crecer en cada vez más impuestos. Parece que todo depende del Estado, vemos a una persona que está en la calle y preguntamos: ¿y que hizo el Estado?”.
Consideró que el Estado debería asemejarse a un réferi de fútbol, “cuanto más desapercibido aparezca mejor”.
En su extensa y por momentos polémica argumentación, insiste en que "el parásito" destruye "desde la verdad hasta la familia, la libertad, las diferencias sexuales y más".
Es a través del "lenguaje, la cultura, los poderes del Estado y algunas religiones", etcétera, que "la propagación se da".
"Tenemos una inflación de derechos que es la religión del Estado, donde convertimos a burócratas con el poder de decidir y definir lo que está bien y lo que está mal", expresó.
Desde el "relativismo moral de los cazadores de votos" hasta "los relatos de ficción que se crean -por parte de algunos dirigentes políticos-", son algunas de sus tantas críticas conceptuales.
Para el escritor, es "la familia tradicional", el enemigo más letal del "parásito". Y una de las formas de destruir la familia es "la cultura wok", "atacar al hombre", con "el aborto y la ideología de género, creando confusión, en especial en nuestros niños". "Niños a los que se les habilita legalmente a intervenirse quirúrgicamente para intervenir sus genitales, aun sin consentimiento de sus padres", manifiesta.
"Y si como padre te opones, quedas expuesto a ser imputado por una serie de delitos, tal cual sucedió en Canadá hace muy poco tiempo y que la legislación vigente uruguaya permite", señala.
A través de los "falsos dogmas", nos quieren hacer creer que los hombres somos culpables en todos los casos de violencia de género; y por ende, el hombre no puede ser víctima".
Es más, ahondó el entrevistado en que al hombre se lo convierte en "opresor por defecto, sospechoso por naturaleza y enemigo".
A lo que "el sistema" termina dándole la razón, y es por ello que "desde sacerdotes y legisladores tienen que salir al rescate de las mujeres, comenzando las desigualdades ante la ley entre mujeres y hombres".
Es a raíz de ello que "la mentira pasa a ser verdad y los beneficios son para unos y no para otros", brindando ejemplos de cómo desde "ventajas laborales hasta sociales" posee la "mujer sobre el hombre", aumentando así también "la corrupción a través de la industria de la denuncia, que está instalada".
Brindó así ejemplo de cifras oficiales de "denuncias a hombres que ameritaron el inicio de un proceso penal en contra de estos, y cómo, alrededor del 90%, no obtuvieron condenas".
A pesar de ello, "el 100% de las veces, el hombre termina arruinado", sentenció. También ejemplificando con cifras y datos oficiales.
"¿Cómo se puede sostener un relato de violencia estructural cuando los datos objetivos arrojan otros resultados?", enunció.
Adjuntando también estadísticas oficiales comparativas donde la "violencia unidireccional" en Uruguay "devela el sesgo ideológico del que parte de forma sesgada de la premisa de que el hombre es un opresor".
Señala además el abogado de profesión que "existe un Poder Judicial donde la presunción de inocencia, la imparcialidad, la valoración de la prueba y más elementos" abonan su tesis, y "hasta se crean juzgados de género con un enfoque exclusivo a favor de la mujer".
"Hay que combatir la desidia hacia los hombres y su discriminación", concluye, anexando cifras de suicidios y homicidios de hombres en nuestro país.
"Los seres humanos no tienen género; eso lo tienen los libros, por ejemplo. Entonces, cuando el Estado nos impone un sistema que destruye a la familia, se desarma la sociedad entera. Y así, se propaga el relativismo sobre lo que somos, anulando la identidad natural del varón y la mujer, borrando los pilares sobre los que se edifica una familia".
Por ende, "la verdad desaparece y los dislates florecen; por ejemplo, surge el 'sexo autopercibido'", lo cual, expresa, es "antinatural, anticientífico y antibiológico".
"Existen tantos géneros como mentes humanas se conozcan", advierte con preocupación. “Cuando en Uruguay se aprueba el mamarracho jurídico que es la ideología de género, el Estado no impone una ideología de sexo. Por lo tanto, no solo está destruyendo la mente de nuestros niños, si no que también destruye la familia”, agregó.
El entrevistado exhibe un detalle pormenorizado sobre Derecho Comparado, donde aprecia que "desde en el deporte hasta en la vida cotidiana, las barbaridades afloran".
Las "pensiones mensuales a los trans son también un absurdo y qué decir de las becas e indemnizaciones que reciben", enfatiza el Dr. Ignacio Supparo.
A modo de reflexión, analizó con gráficas "que el Uruguay necesita más familia y matrimonios, por ende, más vida y no menos". La maternidad es un privilegio sagrado que algunos quieren desaparecer".
Por todo esto, "la batalla cultural a dar es en dos áreas: la interior y la exterior; es decir, luchar por nuestras convicciones con fundamentos y no reparar en el 'qué dirán', porque hay que resistir ante los destructores de la cultura".
A través de "amar lo que merece ser defendido: familia, ideales y convicciones, es que se logra eliminar al parásito", señaló el profesional.