HISTORIAS

Chito, de 106 años: Vecino compartió recuerdos de Piriápolis y Pan de Azúcar. Fue alumno de María Díaz de Guerra y conoció a Francisco Piria.

En una emotiva nota desde Piriápolis, Mara Princesa Arévalo entrevistó para "La Mañana en Cadena" a Chito, un hombre de 106 años que, con notable claridad, relató vivencias de su infancia, su escuela rural y las historias de Piria, evocando un Maldonado de antaño.

En la mañana de este martes, nuestra corresponsal en zona oeste, Mara Princesa Arévalo, visitó a Chito, un vecino de Piriápolis de 106 años recién cumplidos el 24 de julio.

Desde la casa de la tía Olga, un lugar lleno de memorias de infancia y reuniones familiares, Chito compartió recuerdos de su vida en Pan de Azúcar y Piriápolis.

Trabajé mucho en Pan de Azúcar, en una casa de piedra en Artigas y Rivera, donde hice cuatro apartamentos,” relató, recordando cómo su padre, constructor, le enseñó el oficio. Luego, trabajó 32 años en la Dirección General Impositiva en Montevideo, de donde se jubiló.

El entrevistado evocó su infancia en una escuela rural en Punta del Renegado, a 5 kilómetros de Pan de Azúcar, donde estudió hasta tercer grado en una institución mixta. Su maestra, María Díaz de Guerra, una reconocida escritora uruguaya, dejó una huella imborrable: “Gracias a ella tengo estos cuadraditos”, dijo, mostrando moldes de adobe con los que, a los 8 años, ayudó a su padre a construir la escuela.

Sobre Piriápolis, el hombre de más de 100 años rememoró el esplendor del Argentino Hotel, “el mejor de Sudamérica”, y el Pabellón de las Rosas, con sus grandes fiestas, lamentando su actual abandono.

También compartió historias sobre Francisco Piria, a quien conoció de joven: “Traía gente de Europa, solitaria, y les pagaba con un dinero propio que solo servía aquí, eran algó así como prisioneros”, explicó.

Añadió que Piria, con una “capacidad impresionante”, creó una rambla única en el mundo y fue comparado con Warner, el empresario estadounidense. Chito también recordó viajar en el trencito del icónico empresario por los montes, una experiencia que marcó su juventud.

La nota, cargada de nostalgia, resaltó la vitalidad de Chito, quien sigue pintando, arreglando objetos y cuidando plantas: “No estar quieto, moverse, andar siempre haciendo cosas”, es su receta para llegar a los 106 años.

Para conocer mas sobre el tema, escuche el siguiente audio informativo: