MALESTAR DIPLOMÁTICO
Crece en el PN y PC malestar por las venias y se agrava la interna blanca por Argimón y Ache
El anuncio del gobierno de nombrar a Beatriz Argimón y Carolina Ache como embajadoras generó rechazo explícito de figuras como Pedro Bordaberry y tensó las relaciones internas en el Partido Nacional, mientras el Frente Amplio confía en aprobar las venias con su mayoría.
El nombramiento de Beatriz Argimón y Carolina Ache como embajadoras de Uruguay ante la Unesco y Portugal, respectivamente, por parte del gobierno de Mario Lubetkin, generó una fuerte ola de rechazo en filas opositoras y fracturas visibles en el oficialismo. La iniciativa fue interpretada como una maniobra política que revive la vieja polémica sobre el perfil de quienes deben ocupar cargos diplomáticos: políticos o funcionarios de carrera.
El senador colorado Pedro Bordaberry fue el primero en expresar abiertamente su negativa a votar estas venias en el Senado. “No votaré las venias de embajadores políticos de los que da cuenta la prensa hoy; no estoy de acuerdo con ello", expresó en X, reiterando una posición que mantiene desde hace años y que incluso formalizó en un proyecto de ley en 2015. En aquel texto, proponía limitar a cinco los embajadores políticos simultáneos y priorizar la profesionalización del Servicio Exterior.
La postura de Bordaberry llama la atención por su cambio de tono respecto a Ache, a quien había defendido cuando renunció al Ministerio de Relaciones Exteriores por su vínculo con el caso Marset. En aquel momento, la consideró víctima de una operación política, pero ahora reafirma su postura institucional: las embajadas no deben ser destinos para figuras políticas, sin importar sus antecedentes.
Dentro del Partido Nacional, las designaciones también provocaron una tormenta. Algunos senadores manifestaron públicamente su malestar, sobre todo por la forma en que se enteraron de las decisiones. En particular, la designación de Argimón fue interpretada como una negociación directa con el gobierno, sin consulta a su partido. Esto molestó especialmente porque su nombre aún sonaba como posible presidenta del Directorio nacionalista.
La senadora Graciela Bianchi, aunque menos confrontativa, deslizó que ya preveía este destino para Argimón. “Hace más de dos años lo dije”, afirmó, agregando que esto despeja el camino en un Partido Nacional “con muchos problemas” que ahora tiene “uno menos”.
Más contundente fue el senador blanco Sergio Botana, quien reconoció su molestia por la falta de transparencia en la negociación. Aunque no confirmó su voto, dejó en claro su incomodidad con la manera en que se manejó el tema.
Pese al ruido político, las designaciones probablemente se aprueben. El Frente Amplio, con mayoría simple en el Senado, tiene los votos necesarios para dar luz verde a ambas venias, lo que dejaría en evidencia no solo las tensiones internas de la oposición, sino también las grietas crecientes dentro del oficialismo.