diálogo interreligioso
Pascua Judía y Pascua Cristiana: Dos celebraciones distintas con raíces comunes.
De la noche del sábado 12 hasta el día domingo 20 de abril, el pueblo judío celebrará Pésaj, una de sus festividades más sagradas, que este año 2025, coincide con la Semana Santa cristiana.
En un mundo cada vez más interconectado, comprender las tradiciones religiosas puede ser una vía poderosa para acercar culturas.
La Pascua judía (Pésaj) y la Pascua cristiana (Semana Santa) son dos celebraciones importantes que, aunque pertenecen a religiones distintas, comparten raíces históricas profundas y mensajes universales de esperanza, renovación y libertad.
Orígenes e historia compartida:
La Pascua judía conmemora la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto, un relato que se encuentra en el libro del Éxodo de la Biblia hebrea.
Esta festividad tiene más de tres mil años de antigüedad y es central para la identidad del pueblo judío.
Durante ocho días (siete en Israel), las familias recuerdan este evento con rituales especiales como la cena del Séder, que incluye alimentos simbólicos, lecturas y cantos.
La Pascua cristiana, conocida como Semana Santa, conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
Según los Evangelios, estos eventos ocurrieron durante la celebración de Pésaj en Jerusalén.
Por eso, ambas Pascuas están ligadas por el calendario y por el contexto histórico: Jesús era judío, y su última cena fue, muy probablemente, una cena de Pésaj.
Fechas que coinciden, significados que se entrelazan:
Ambas celebraciones suelen coincidir en otoño para nuestro hemisferio, aunque las fechas exactas varían porque se rigen por calendarios distintos (el lunar judío y el gregoriano cristiano).
En 2025, por ejemplo, Pésaj comienza al atardecer del 12 de abril y la Pascua Cristiana se celebra el 20 de abril.
Más allá de las diferencias teológicas, ambas Pascuas simbolizan renacimiento y libertad.
Para los judíos, es la libertad de la opresión física; para los cristianos, la liberación del pecado y la promesa de vida eterna.
En ambos casos, son momentos de introspección, renovación espiritual y unión familiar.
Puentes culturales (del matzá al pan sin levadura, del cordero al símbolo de salvación):
Hay elementos comunes que invitan al diálogo interreligioso.
El pan sin levadura (matzá en hebreo) que comen los judíos durante Pésaj, tiene su reflejo en el pan ácimo que se consagra en la misa católica.
El cordero pascual, símbolo central en el judaísmo, también aparece en el cristianismo como representación de Cristo.
Incluso los rituales familiares, como reunirse alrededor de una mesa para contar historias de fe y compartir alimentos especiales, son prácticas que comulgan con ambas tradiciones, más allá de las creencias específicas.
Un llamado a la comprensión:
En tiempos donde las diferencias religiosas pueden ser fuente de tensión, Cadena del Mar invita a recordar los puntos de encuentro, como una forma de construir puentes.
Pésaj y Semana Santa, cada una con su riqueza, ofrecen una oportunidad para reflexionar sobre valores comunes: la búsqueda de Justicia, la esperanza frente a la adversidad y el poder de la fe para transformar la vida.
Aprender sobre estas tradiciones no es sólo un ejercicio de cultura general: es un paso hacia un mundo más comprensivo, tolerante y humano.