REFLEXIÓN

El caso Verónica Rubio: cuando la "violencia digital" rompe vidas y queda impune.

La difusión de un video íntimo en su lugar de trabajo desencadenó acoso, presión social y familiar que terminaron en una tragedia. La Justicia cerró el expediente sin hallar responsables. La serie de NETFLIX llamada "Intimidad", se inspira en esta situación.

La historia de Verónica Rubio conmocionó a España y puso en evidencia una de las caras más crueles de la violencia de género digital.

Tenía 32 años, era madre de dos hijos y trabajaba desde su adolescencia en una planta de Iveco, en Madrid.

Su vida cambió de manera irreversible cuando un video privado comenzó a circular entre sus compañeros de trabajo, en mayo del año 2019.

Lo que empezó en un grupo de WhatsApp de apenas veinte personas se propagó en cuestión de días por casi toda la fábrica, donde trabajaban más de 2.500 empleados.

Las miradas, los comentarios y los juicios en su entorno laboral se volvieron insoportables.

A la presión del trabajo se sumó el golpe en lo personal: su pareja la amenazó con separarse y quitarle la custodia de los niños cuando el video llegó a sus manos.

Desesperada, Verónica recurrió al área de Recursos Humanos y señaló a dos compañeros como posibles responsables, uno de ellos un ex novio.

Sin embargo, decidió no presentar denuncia formal.

Dos días después, el 25 de mayo, tomó la trágica decisión de quitarse la vida mientras su esposo estaba fuera con sus hijos.

El caso, conocido como el “caso Iveco”, generó una fuerte conmoción social y múltiples críticas a la empresa por no haber activado protocolos de protección frente a una situación de acoso laboral.

El sindicato CCOO denunció pasividad institucional, aunque la investigación judicial tampoco logró resultados.

Pese a que la Policía Nacional revisó a los 2.500 empleados de la planta, el Juzgado de Alcalá de Henares archivó el expediente un año más tarde, sin identificar al responsable inicial de la difusión.

La tragedia de Verónica trascendió el expediente judicial: se convirtió en un símbolo del impacto devastador de la exposición íntima no consentida.

Incluso inspiró la serie Intimidad de NETFLIX, que recrea el drama de quienes ven su vida alterada por la viralización de grabaciones privadas.

Hoy, el recuerdo de su caso sigue vigente como un llamado urgente a legislar y actuar frente a la violencia digital, un fenómeno que no reconoce fronteras ni edades y que, como en la historia de Verónica, puede tener consecuencias irreversibles.