Mucho ruido
Propietarios de edificios de Punta del Este exigen acciones del Intendente ante molestias por las fiestas nocturnas
Los residentes de los edificios Blue Marlin, Torres Tiburón I y II, así como Torres Le Parc I y II, ubicados en Punta del Este, han emitido una urgente solicitud al Intendente debido a las molestias causadas por fiestas que perturban la tranquilidad de la zona.
En una carta dirigida al Intendente Enrique Antía, los propietarios de los edificios Blue Marlin, Torres Tiburón I y II, así como Torres Le Parc I y II, han expresado su indignación y preocupación por las autorizaciones inéditas de fiestas que están afectando gravemente la calidad de vida de los residentes.
La carta, emitida por los propietarios del complejo Le Parc, ubicado frente al parador Roll and Rock en la parada 8 de la Brava, detalla el "infierno" al que se han visto sometidos debido a eventos nocturnos con música ensordecedora, sin regulación ni control adecuado por parte de las autoridades locales.
Según los afectados, la problemática se intensificó después de un recital de David Guetta, donde la música se extendió hasta las 7 am en una segunda fiesta, afectando a más de 200 familias que viven en la zona. A pesar de tener cerramientos herméticos de doble ventana, el sonido y la vibración eran tan intensos que resultaba imposible descansar.
Los propietarios destacan la falta de acción de la línea de reclamos y la promesa incumplida de enviar una inspección para abordar la cuestión de los "decibeles". En la carta, se hace referencia al Artículo D.320, que prohíbe expresamente situaciones como las que están padeciendo, y se destaca la ausencia policial durante los eventos, lo que pone en riesgo la seguridad de la comunidad.
Además de la perturbación nocturna, los propietarios señalan problemas durante el día, como pruebas de sonido, obstáculos en el acceso a la playa y la falta de presencia policial en momentos críticos.
Ante esta situación, los propietarios solicitan al Intendente que regule y vigile la zona, estableciendo límites de horario para los eventos y tomando medidas inmediatas para prevenir la propagación del sonido. Advierten que, de no recibir una respuesta favorable, podrían considerar la iniciación de acciones legales para defender sus derechos y la tranquilidad de su comunidad.