AMBIENTE

La capa de ozono avanza en su recuperación gracias a la acción global.

La capa de ozono se encuentra en una clara senda de recuperación, según el último Boletín del Ozono publicado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM). El informe confirma que el agujero sobre la Antártida fue más pequeño en 2024 en comparación con años anteriores, un signo alentador del impacto positivo de las políticas ambientales internacionales.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, celebró el logro: “Cuando escuchamos a la ciencia, el progreso es posible”. Destacó que este avance demuestra que la cooperación global puede revertir daños ambientales significativos.

El principal motor detrás de esta recuperación es el Protocolo de Montreal, firmado en 1987, que impulsó la eliminación gradual de más del 99% de las sustancias que agotan la capa de ozono, como los clorofluorocarbonos (CFC), usados en refrigeración y aerosoles.

Este acuerdo surgió tras la Convención de Viena de 1985, que reconoció por primera vez el problema mundial del deterioro del ozono.

Según la OMM, factores naturales influyeron en las fluctuaciones anuales, pero la tendencia positiva a largo plazo es claramente atribuible a las acciones concertadas entre países.

En el año 2023, el déficit máximo de ozono en la Antártida alcanzó 46,1 millones de toneladas, por debajo del promedio registrado entre 1990 y 2020. Además, el agujero se formó más tarde y se recuperó más rápido, un indicio clave de mejoría inicial.

Las proyecciones actuales indican que la capa de ozono podría restablecerse a niveles pre-1980 hacia 2040 en la mayoría del mundo, 2045 en el Ártico y 2066 en la Antártida.

Esta recuperación reducirá significativamente los riesgos de cáncer de piel, cataratas y daños a ecosistemas por la exposición excesiva a la radiación ultravioleta.