CONMEMORACIÓN

Monarquía Española: 50 años de estabilidad y proyección internacional.

La restauración de la Corona en el año 1975 abrió el camino a la Democracia, consolidó un sistema de libertades y se presenta hoy, medio siglo después, como pieza clave de la estabilidad institucional de España.

En estos días, España conmemora el 50° aniversario de la restauración de la Monarquía Parlamentaria, iniciada con la proclamación de Juan Carlos I el 22 de noviembre de 1975, apenas dos días después de la muerte de Francisco Franco.

Aquel juramento ante las Cortes supuso el arranque de un proceso de transición que llevaría al país, en pocos años, desde una Dictadura a una Democracia, con la Corona como uno de sus principales motores políticos y simbólicos.

De la proclamación de Juan Carlos I a la Democracia consolidada:

Las crónicas históricas coinciden en que la “apuesta temprana por la apertura democrática” de Juan Carlos I fue decisiva para desmontar el aparato autoritario heredado y encauzar la reforma política hacia la Constitución del año 1978.

Durante la transición, el Monarca se apoyó en figuras como Adolfo Suárez y en un amplio consenso de fuerzas políticas para impulsar elecciones libres, legalizar partidos y sindicatos, e integrar a España en el marco europeo, todo ello bajo la forma de una Monarquía Parlamentaria muy similar a la de los países del norte de Europa.

Un momento clave fue el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981.

La intervención televisada de Juan Carlos I, defendiendo la legalidad constitucional y el orden democrático, es citada por historiadores y constitucionalistas como una de las pruebas más claras del papel estabilizador de la Corona en un contexto extremadamente delicado.

Un modelo vinculado a las democracias más avanzadas:

Medio siglo después, los balances académicos y periodísticos subrayan que la Monarquía Parlamentaria española se integra en un patrón institucional que comparten algunas de las democracias mejor valoradas del mundo.

De hecho, análisis del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales recuerdan que de las diez democracias más avanzadas, seis son Monarquías Constitucionales, lo que refuerza la idea de que Corona y Democracia no son conceptos incompatibles, sino complementarios.

En esa misma línea, historiadores y politólogos consultados por diarios como ABC señalan que la Monarquía ha aportado “continuidad, estabilidad y neutralidad” al sistema político, actuando como árbitro simbólico por encima de los ciclos partidarios y contribuyendo a la consolidación de un marco de libertades y pluralismo.

Encuestas publicadas en los últimos años muestran que, pese a etapas de desgaste y críticas, la Monarquía sigue contando con un respaldo mayoritario frente a la alternativa republicana, lo que confirma su vigencia como forma de Estado reconocida en el artículo 1.3 de la Constitución española.

Del legado de Juan Carlos I al reinado de Felipe VI:

Los actos oficiales por el 50° aniversario han tenido como gran protagonista al Rey Felipe VI, en una conmemoración que enlaza el legado histórico de Juan Carlos I con la agenda de renovación y ejemplaridad que el actual monarca se ha esforzado en subrayar desde su proclamación en el año 2014.

En un acto celebrado en el Palacio Real, Felipe VI destacó la “acertada apertura democrática” de su padre y el “servicio ejemplar” de la Reina Sofía, a quien impuso el Toisón de Oro, la más alta distinción de la Corona, como reconocimiento a medio siglo de trabajo discreto, lealtad institucional y compromiso con España.

En la misma ceremonia se concedieron también Toisones de Oro a figuras clave de la democratización, como el ex Presidente Felipe González y los juristas Miquel Roca y Miguel Herrero, subrayando la idea de que el éxito de estos 50 años ha sido fruto de una alianza entre instituciones, líderes políticos y sociedad civil.

La Corona como símbolo de concordia en tiempos de polarización:

Los actos del aniversario se extendieron al Congreso de los Diputados, donde la Familia Real -incluidas la Princesa Leonor y la infanta Sofía- presidió un coloquio bajo el título “50 años después: la Corona en el tránsito a la Democracia”.

Intelectuales y periodistas coincidieron en señalar que la clave de aquel periodo fue la “apuesta por la concordia”, un mensaje que Felipe VI ha recuperado para la España de hoy, marcada por la polarización política.

En su intervención, el Rey ratificó el compromiso de la Corona con la Democracia, el Estado de Derecho y la Constitución, e invocó el espíritu de diálogo de la transición como antídoto frente al “descuerdo” y la “crispación”.

Según recogieron agencias internacionales, Felipe VI insistió en que la Monarquía sólo tiene sentido como “servicio permanente a todos los españoles, sin excepciones”, y como garante de la unidad y continuidad del Estado.

Un balance en clave positiva:

Aunque el debate público sobre la institución incluye críticas y controversias, especialmente en torno al final del reinado de Juan Carlos I, buena parte de los balances publicados con motivo del 50° aniversario resaltan que la Monarquía ha sido, en términos históricos, un factor de estabilidad, modernización y apertura internacional para España.

En estas cinco décadas, el país ha pasado de ser una economía relativamente cerrada y una sociedad políticamente limitada a convertirse en una Democracia consolidada, integrada plenamente en la Unión Europea, con alternancia pacífica en el poder, libertades civiles reconocidas y una imagen internacional asociada a la estabilidad institucional.

Para numerosos analistas, la Corona ha sido uno de los hilos de continuidad que han permitido atravesar crisis políticas, económicas y territoriales sin romper el marco constitucional.

Con el 50° aniversario, España no sólo mira hacia atrás para recordar el papel de Juan Carlos I en la transición, sino que proyecta hacia el futuro el compromiso de Felipe VI y de la institución con una Democracia que sigue siendo, en palabras de diversos constitucionalistas, “una promesa abierta” que se renueva en cada generación.

 

Imágenes: ACB + La Razón (Madrid, España)