Hasta las manos

Escándalo en Estudio (vivo): Humberto De Vargas a golpes con sindicalista Gustavo Ricci.

Un tenso cruce entre el conductor y el dirigente culminó con golpes en pantalla durante la transmisión de un ciclo en streaming, cuando De Vargas reaccionó tras un insulto. El enfrentamiento obligó a interrumpir la emisión.

Un episodio violento y sorpresivo sacudió el estudio del programa Hacemos lo que Podemos (Undertake Media), cuando Humberto De Vargas protagonizó un enfrentamiento físico contra el sindicalista Gustavo Ricci durante la emisión.

El conflicto escaló rápidamente desde un intercambio verbal hasta el choque corporal, lo que derivó en la suspensión de la transmisión.

Según la reconstrucción del incidente, todo comenzó cuando De Vargas envió un mensaje al programa advirtiendo que Ricci debía retirarse antes de su llegada, citando molestia por presuntas irregularidades vinculadas al ex secretario Bermúdez.

Ricci, instalado ya en el estudio, respondió con ironía y cuestionamientos hacia De Vargas.

Durante el cara a cara en vivo, el conductor presionó para que el dirigente sindical aclarara su labor actual: “¿Usted trabaja?”, preguntó en un momento cargado de tensión.

Ricci contestó que sí, detallando que forma parte de la gerencia de capital humano y que también se dedica al periodismo deportivo.

Fue esa insistencia lo que llevó el intercambio al terreno personal, cuando De Vargas lo acusó de usar su título sindical como tarjeta de presentación.

El punto de quiebre ocurrió cuando Ricci llamó “cagón” al conductor, lo que aparentemente encendió su temperamento.

“Me decís dos veces ‘cagón’ y te cazo del cogote”, espetó De Vargas antes de lanzarse hacia él.

En ese instante, intervinieron compañeros del programa y el equipo técnico para apartarlos -mientras la señal quedaba cortada-.

La emisión no se retomó en lo que restó del día.

De hecho, desde la producción se informó que ambos participantes fueron separados para evitar que la situación empeorara.

Este episodio pone en evidencia las tensiones detrás -y delante- de cámaras y limita la frontalidad de los conflictos políticos y gremiales cuando éstos se trasladan al escenario mediático.

¿Seguirá en pie el ciclo o habrá repercusiones legales y/o disciplinarias?

El desenlace aún está por verse, quizás, también en vivo.