URUGUAY

Desigualdad persistente: las mujeres siguen fuera de los principales cargos de poder empresarial

Solo una de cada cuatro empresas en Uruguay está encabezada por mujeres, lo que refleja una profunda desigualdad de género en los puestos de decisión. Aunque ellas tienen mayor formación académica que sus pares masculinos, enfrentan barreras sistemáticas para acceder al liderazgo empresarial.

La brecha de género en los puestos de liderazgo empresarial en Uruguay se mantiene firme: solo el 26% de las empresas del país están dirigidas por mujeres, según la Encuesta Anual de Actividad Económica 2023 publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta cifra, que equivale a poco más de una de cada cuatro compañías, deja en evidencia que los espacios de decisión en el mundo corporativo siguen siendo mayoritariamente masculinos, incluso cuando las mujeres presentan, en promedio, niveles educativos más altos.

De acuerdo al informe del INE, el 70% de las mujeres que ocupan cargos de máxima autoridad empresarial cuentan con educación terciaria, universitaria o de posgrado, en comparación con apenas el 54% de los hombres. Aun así, el liderazgo sigue estando predominantemente en manos masculinas. El 74% de las compañías tienen al frente a hombres, una proporción que se mantiene constante incluso cuando se analiza el origen del capital de las empresas (nacional o extranjero), su perfil exportador o su tamaño.

En empresas de capital nacional, la disparidad es mayor: 81% de los líderes son hombres frente a un 19% de mujeres. En las firmas extranjeras la brecha se reduce levemente (73%-27%), pero sigue siendo marcada. Las exportadoras muestran una de las peores relaciones, con solo un 18% de mujeres líderes.

Cuando se analiza por tamaño, las micro y pequeñas empresas (menos de 50 personas) tienen un 27% de liderazgo femenino, que cae a 26% en las medianas (50 a 99 empleados) y a 22% en las grandes (100 o más). A pesar de que el INE sostiene que las diferencias no son concluyentes respecto a mayores obstáculos para mujeres en empresas grandes, la tendencia muestra que a mayor tamaño, menor representación femenina.

Otro dato que destaca es la edad promedio de los líderes: 51 años en el caso de las mujeres y 54 en los hombres. Además, las mujeres tienden a alcanzar posiciones de liderazgo a una edad más temprana, con un grupo significativo en torno a los 40 años, mientras que en los hombres el mayor pico se da cerca de los 60.

En cuanto a la feminización de rubros, la encuesta confirma que las mujeres lideran mayormente en sectores tradicionalmente asociados al cuidado y a profesiones históricamente feminizadas. En Educación, el 71% de las empresas son encabezadas por mujeres, y en Salud, el 56%. Estos números contrastan con los sectores de Industria y Comercio, donde la presencia femenina en la cima es de apenas 18% y 19%, respectivamente. En "Otros servicios", un sector más amplio y heterogéneo, las mujeres ocupan solo el 21% de los cargos de liderazgo.

La desigualdad no se explica por falta de formación, ni por edad, ni por ausencia de mujeres en el mercado laboral. Lo que muestran los datos es un techo de cristal persistente: una barrera invisible, pero poderosa que impide a muchas mujeres alcanzar los puestos de mayor responsabilidad, incluso cuando están plenamente calificadas para ello.