Peñarol dio vuelta el partido en el alargue: 2-1 a Liverpool y se enfrentará a Nacional en las finales.

Lo que parecía un trámite favorable para los negriazules, se transformó en una epopeya aurinegra.

Durante los 90 minutos reglamentarios, el juego fue intenso pero sin goles, con Liverpool mostrándose más sólido y aprovechando cada contragolpe. Aunque Peñarol tuvo la ventaja numérica desde el minuto 51 por la expulsión de Enzo Castillo, no logró romper el cero pese a varias llegadas claras, como el remate de Matías Arezo que dio en el travesaño sobre el final del primer tiempo.

El drama llegó al inicio del complemento: a los 91 minutos, tras un córner, Abel Hernández cabeceó con fuerza y abrió el marcador para Liverpool, desatando la euforia en la tribuna negriazul. 

A los 102 minutos del partido, tras una gran jugada colectiva, Diego García definió con potencia para el empate. El equipo de Diego Aguirre, que celebraba sus 250 partidos como técnico aurinegro, tomó impulso y siguió presionando.

A los 114, Leonardo Fernández, tras fallar un penal atajado por el héroe local Sebastián Lentinelly, volvió a brillar: recibió dentro del área y convirtió el 2-1 que hizo estallar a los miles de hinchas en la Tribuna América y Ámsterdam.

Ya en el descuento del segundo tiempo del alargue, Leandro Umpiérrez sentenció el partido con un golazo de media distancia, aunque posteriormente el VAR anuló el tanto por fuera de juego. No importó: el resultado ya estaba asegurado.

Un camino hacia el clásico

Con esta victoria, Peñarol accede a la final bajo el sistema de dos partidos frente a Nacional, que obtuvo la Tabla Anual y tendrá la ventaja deportiva. Será el encuentro más esperado del fútbol uruguayo, con todo en juego y una pasión que trasciende lo deportivo.