Salud
Dr. Erik Nadrúz: “Cada mujer debería palparse la mama al menos dos veces al mes”.
El Dr. Erik Nadrúz, de la Clínica Select, explica cuándo indicar mamografía, ecografía o resonancia y advierte que la autoexploración sigue siendo una herramienta esencial en la detección precoz del cáncer de mama.
El debate sobre la mamografía y su real impacto en la salud femenina volvió a surgir en las últimas semanas, generando dudas entre muchas mujeres. En este contexto, el Dr. Erik Nadrúz, de la Clínica Select en Punta del Este, aportó claridad sobre los métodos de estudio más adecuados según la edad, los síntomas y los antecedentes familiares, al tiempo que defendió la autoexploración como una práctica imprescindible.
Según explicó, la elección entre ecografía, mamografía o resonancia depende de cada caso. En mujeres menores a 45 años, la ecografía mamaria suele ser el primer estudio recomendado, por ser menos invasivo y permitir una valoración clara del tejido, tumores o quistes. Sin embargo, recordó que este estudio es técnico-dependiente, es decir, la calidad del diagnóstico se apoya en la pericia del profesional.
A partir de los 45 años, la mamografía se convierte en la herramienta fundamental por su capacidad de ofrecer imágenes precisas y comparables entre distintos especialistas. Aunque este estudio utiliza radiación, el Dr. Nadrúz fue contundente: “Todos los estudios radiológicos irradian. El riesgo-beneficio es favorable cuando necesitamos ver la imagen”. Subrayó que los niveles de radiación son seguros y que evitar el estudio por miedo puede retrasar diagnósticos cruciales.
Cuando la mamografía o la ecografía no son concluyentes -especialmente en mamas muy fibrosas-, la resonancia o incluso la punción con aguja fina (PAAF) pueden ser necesarios para determinar la naturaleza de un nódulo. Este método también se utiliza, señaló, en el estudio de la tiroides.
El especialista advirtió que en algunos discursos se ha restado importancia a la autoexploración mamaria, pero sostuvo que continúa siendo una herramienta vital para la detección temprana. “Si solo se realiza cuando ya se nota algo, es probable que lleguemos tarde”, explicó. Palparse regularmente -idealmente cada una o dos semanas- permite identificar señales como:
• nódulos o bultos
• retracciones del tejido
• cambios de coloración
• piel con aspecto de naranja
• secreciones del pezón
• diferencias notorias entre una mama y otra.
Aclaró que no existe un momento exacto del ciclo menstrual más adecuado para realizarla: cualquier momento es válido y útil. Hacerla en la ducha o frente al espejo, en pocos segundos, puede marcar una diferencia significativa. Esta práctica se suma a los controles ginecológicos regulares, que también permiten la detección precoz del cáncer de cuello uterino, otro de los más comunes en mujeres.
El Dr. Nadrúz también enfatizó la importancia de los antecedentes familiares, ya que quienes tienen madre o abuelas con cáncer de mama deben mantener un seguimiento más estrecho debido al componente genético.